Fernando Díez Moreno

Política y Humanismo

Fernando Díez Moreno


En defensa de la Familia (II)

14/10/2024

En el artículo anterior me referí a lo que es la familia para el humanismo y anticipaba que en este aportaría datos sobre la crisis de la familia.

Ante todo, deseo hacer una declaración inicial: creo que la familia sigue siendo una institución fuerte, establecida sólidamente en las conciencias y en las costumbres, el primer y último apoyo y refugio del hombre, y en la que nos sentimos realizados vitalmente. Así, creo yo, que es en la mayor parte de las familias y que la "crisis" afecta a una parte, muy lejos de representar la situación general y normal. Dicho de otra manera, la mayoría de nuestras familias son normales.

Lo anterior no impide reconocer los tiempos de cambio que vive la familia, y cuyos factores son, entre otros muchos, la disminución del número de hijos; el aumento de personas de tercera y de cuarta edad; el trabajo de la mujer fuera del hogar y la necesidad de conciliarlo con el trabajo doméstico; el aumento de la capacidad de consumo como consecuencia de los mayores recursos disponibles; las mayores posibilidades de ocio; la mejora de las condiciones de la educación; la mayor libertad social; la pérdida de creencias y práctica religiosa. A estos factores podrías añadir, amable lector, otros derivados de tu propia experiencia personal.

Los factores de cambio que hemos identificado más arriba son eso, factores de cambio, como cambios ha habido en todas las etapas de la historia. Pero ahora hay más factores y aquí aporto los datos, referidos a España, pero que son muy similares en el resto de Europa.

Los divorcios han aumentado de forma exponencial: en España se ha pasado de 20.000 en 1982 (un año después de su legalización) a unos 90.000 en el año 2012. Y, como consecuencia de la "ley expres", en tan sólo dos años la tasa de divorcios se multiplicó por 2,5 en nuestro país.

Como dije en el artículo anterior, la familia es única como modelo, pero han proliferado todo tipo de "modelos" de familia que no son sino sucedáneos que quieren apropiarse del prestigio de la institución. Así: nuclear o moderna; extensa o tradicional; monoparental; homoparental; de padres separados; ensamblada, reconstituida o mixta; de acogida; sin hijos por elección, entre otras.

Otra tendencia preocupante es el porcentaje de niños que nacen fuera del matrimonio, fenómeno cuyas negativas consecuencias individuales y sociales están más que documentadas y todos las conocemos directa o indirectamente. Pues bien, mientras que en 1980 sólo el 4% de los niños nacían fuera del matrimonio, hoy la cifra se acerca al 50%.

Otro indicador inquietante es la crisis de compromiso personal que hace que los jóvenes se casen tarde, no se casen o no tengan hijos, consideraciones económicas aparte. En 1980 la edad media con que los jóvenes se casaban era de 25 años; hoy es de 37 años.

Asimismo, el índice de fecundidad ha pasado de 2,2 a 1,2. Llamo la atención sobre la evolución de la tasa de natalidad en España. Está admitido que la tasa de equilibrio demográfico es de 2,1 hijos/mujer. En España la tasa bajó del 1,46 en 2008 al 1,38 en 2011. De seguir en estos términos, se calcula estadísticamente que, en el año 2050, que no está tan lejos como parece, habrá igual número de trabajadores que de pensionistas, es decir, que cada empleado deberá cotizar para mantener a un pensionista, y eso sin considerar el problema del paro.

Y mientras tanto, las cifras del aborto no paran de crecer. Según cifras oficiales, los abortos en España han superado la cifra de los 100.000 al año, con una izquierda que los promueve con todo tipo de propaganda, y un Tribunal Constitucional que lo santifica. La cifra anterior significa 274 abortos diarios, incluídos sábado y domingos.

Y, por último, el número medio de miembros por hogar ha pasado de 3,6 a 2,5. Como consecuencia de todo ello, los hogares unipersonales han pasado del 10% al 26%, en lo que va camino de convertirse en una epidemia de soledad sin precedentes en la cultura tradicional española.

Lo anterior no es solo consecuencia de los factores de cambio. Obedecen también a un programa ideológico del que te hablaré en el próximo artículo.