La D.O. Méntrida expone sus diez mejores vinos a una cata

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Sesenta representantes de la hostelería de Toledo y Madrid y periodistas especializados han conocido de primera mano vinos blancos, rosados y tintos

La D.O. Méntrida expone sus diez mejores vinos a una cata - Foto: David Pérez

Se ha celebrado en el centro cultural San Marcos de Toledo una cata de 10 vinos seleccionados por la Denominación de Origen Méntrida (tres blancos, dos rosados y cinco tintos) a la que se ha invitado a 60 profesionales de locales de hostelería de Toledo y Madrid y periodistas especializados. 

Juan Alonso y Alfonso Chacón, presidente y vicepresidente de la DO Méntrida, y Santiago Rivas, crítico de vinos, explican que la selección se compone de los que a su juicio son los mejores o más interesantes de la DO escogidos por Antonio Candelas. El objetivo final es una acción de publicidad, marketing y presencia en el mercado. Son tres blancos, dos rosados y cinco tintos, entre los que figura un garnacha de 100 años, que se han presentado para la hostelería de Toledo y de Madrid. Después se hizo un cóctel y en cada mesa estaban todos los vinos de cada bodega. 

Indican que los diez vinos representan  la diversidad que actualmente hay en Méntrida y se han tocado varios tipos de crianza, pero todo «con un hilo narrativo que es el de la frescura; son vinos todos muy bebibles independientemente del color».

Señalan que en la actualidad la DO Méntrida es de «vinos delgados, complejos, fáciles de beber, sobre todo los tintos, y eso es lo que tratan de enseñar, que la gente sepa qué vinos se están haciendo y que es un refugio de frescura».

Recalcan que producen lo que venden y como la tendencia en el consumo hace subir el vino blanco también le dedican más atención. Observan que los jóvenes que empiezan no van a tomarse «un gran reserva, no por precio que también, sino porque son más fuertes, duros  y tienen más estructura».

para empezar. Sin embargo,  los tres vinos que traen «tienen jerarquía y no son de un precio barato», entre 15 y 35 euros, pero «se vende todo». Añaden que los vinos blancos  normalmente son más fáciles y ligeros, pueden tener menos alcohol, por eso son entrada habitual para que gusten los vinos.

También subrayan que se mejora la calidad por dos motivos, los agricultores han empezado a cuidar el viñedo en condiciones y, segundo, las bodegas han empezado a elaborar cada variedad como se debe, con mimo y cuidado para sacar unos vinos finos y elegantes, que es lo que representa, destacan, la garnacha de Méntrida.

La variedad garnacha era la mayoritaria de España hace años pero se empezaron a mezclar con variedades extranjeras «y ahora hay una vuelta a la belleza autóctona, no solamente de la garnacha sino de otro tipo de variedades. El problema es que antes no se sabía elaborar bien, no se había escogido el perfil para que esta variedad que es maravillosa tuviese la casi perfección» que es lo que hace a todos los vinos diferentes. 

En cuanto a lo que viene para próximas embotelladoras,  informan que la campaña este año ha sido más corta de lo normal porque en la zona heló en abril y luego la garnacha ha sufrido un corrimiento de la uva, lo que ha hecho que  la producción se haya reducido entre un 30 y un 40 %, pero por otro lado la uva se ha recogido sin enfermedades lo cual hace que la calidad que entra en bodegas haya sido óptima. En cuanto a fermentación tampoco han tenido problema porque les ha acompañado el tiempo.