«No somos héroes con o sin capa, somos policías»

Leticia G. Colao
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La decisiva actuación de los policías locales David Álvarez y José María Oropesa salvó la vida de la pequeña Naiara que, con 40 días, sufrió una parada cardiorrespiratoria. La bebé ya está en casa

«No somos héroes con o sin capa, somos policías» - Foto: Manu Reino

El turno de David y José María estaba a punto de finalizar. Faltaba media hora para las 7 de la mañana, estaban en el turno de noche, cuando se vieron sorprendidos por una historia que, aunque angustiosa, formará parte ya de su vida, no solo porque tuvo final feliz sino porque quedarán unidos para siempre a la pequeña Naiara, bebé de 40 días a la que salvaron tras sufrir una parada cardiorrespiratoria.

Eran las 6,30 horas cuando unos padres angustiados llegaron con su hija de pocas semanas sufriendo un atragantamiento que no sabían cómo afrontar. La pequeña no respiraba y los padres, llorando y en shock, apenas pronunciaban palabra. José María Oropesa y David Álvarez, de la Unidad de Atestados de la Policía Local de Talavera, se encontraban cerca de la puerta y fueron los primeros en coger a la pequeña, totalmente inerte «y sin responder a estímulos».

La inquietud y el desconcierto del momento se tornó en «una milésima de segundo» en rapidez y decisión, la mejor que pudieron tomar. Con las llaves de la furgoneta de atestados aún en el bolsillo, JoséMaría se puso al volante y David, con la niña en el antebrazo, comenzó a realizarle en el trayecto las correspondientes maniobras de reanimación que conocen por su formación como policía y alguna más complementaria de primeros auxilios.

«El viaje se hizo largo», indica el conductor, a pesar de hacerlo prácticamente volando, con luces y sirena y «con la suerte de no encontrar casi coches».La rotonda del hospital ni siquiera la completaron, la hicieron en dirección prohibida «para acortar distancia y tiempo», explican, y es que aquí «cada segundo contaba», más sin saber cuánto tiempo llevaba la niña sin respirar.

La situación fue crítica, pero además de ser policías locales, ambos son padres, y saben que eso fue un plus en su actuación. A esto se suma «que nos acompañó toda la suerte del mundo», añaden, ya que a la ausencia de tráfico, y a la buena disposición de David en la reanimación de la niña, que comenzó a mover las manos al llegar al Hospital, destacan que una doctora apareciese poco después de abrirse la puerta de Urgencias, cogiendo rápidamente a la bebé que, en apenas uno segundos comenzó a llorar.  

Fue entonces cuando todo pasó o, al contrario, todo comenzó, ahora más lento. Los policías locales se abrazaron después de los últimos minutos que habían parecido horas, y después de un servicio que recordarán para siempre. «Fue brutal», indica David, después del trabajo bien hecho, de la tensión y por supuesto, también del orgullo como policías.

Los compañeros desplazaron poco después a los padres, que llegaron al Hospital talaverano cuando la niña estaba a salvo, sin saber aún cómo agradecer su actuación a los policías locales que, desde entonces, son los «ángeles» de la pequeña Naiara.

Tirando de humildad pero también de profesionalidad, David y José María no aceptan ese honor y de cogerlo, lo comparten con toda la «familia de la Policía Local». «No somos ángeles, ni héroes, con capa o sin capa, somos policías, y cualquier otro compañero lo hubiera hecho igual».

Ya de alta. Apenas 24 horas después, y con la emoción aún en el cuerpo, los policías locales visitaron a la pequeña en el hospital Nuestra Señora del Prado, del que ayer fue dada de alta y ya descansa en casa con sus padres. «Siempre estará en nuestro corazón», explica David.

JoséMaría Oropesa y David Álvarez son talaveranos, policías locales orgullosos y, como ha quedado claro, muy profesionales. Desde el sábado, son también, y aunque ellos no quieran reconocerlo, «los ángeles» de la pequeña Naiara.