Miguel Ángel Sánchez

Querencias

Miguel Ángel Sánchez


La playa

11/04/2025

Confieso que tenía escrito este artículo desde hace dos o tres días. Y que he tenido que rehacerlo. Temía por la novísima playa del Tajo en Toledo. Incluso me rondaba por la cabeza que una noche de estas, en connivencia Ayuntamiento, Ministerio y Junta, organizasen una operación para llevarse en camiones y de tapadillo la arena para material de construcción y relleno a algún polígono de naves en la Sagra. Porque a veces no se sabe muy bien qué hacer con lo sobrevenido, lo que te rompe los esquemas de lo ordinario. Y en especial con el Tajo, donde todos parecemos (parecen) estar muy cómodos con la situación. El Tajo y sus zonas de baño y disfrute, en Toledo (y en Talavera) es (¿era?) ya una pérdida, las fotos en blanco y negro que cuelgan de vez en cuando Eduardo Sánchez Butragueño y Miguel Méndez en las redes y en sus blogs. Pero no. El Tajo ha dicho que aquí estoy.
Es muy importante y me ha gustado que el alcalde de Toledo haga suyo el concepto de regalo para la ciudad que supone la playa. Porque lo es. Un regalo pero sobre todo una oportunidad. No voy a hablar de las ciudades que han vuelto a recuperar sus ríos, a limpiarlos y a usarlos. Tampoco de que la cuestión del estado del Tajo, tanto en lo que se refiere a caudales como a calidad, es algo meramente político. El Tajo es un río perfectamente recuperable y usable en Toledo y en Talavera. Y la aparición de la playa, como ensalmo o encantamiento, es sólo una muestra de lo que el río puede ofrecernos.
Con el Tajo se emplean demasiadas excusas, dilaciones, omisiones… Pero el Tajo ha vuelto esta primavera. Ha mostrado su fuerza. Y también su potencial como elemento singular vertebrador de Toledo y Talavera. La playa de Toledo surge como una oportunidad inesperada para volver al río. Para dejar de lado el discurso de las lamentaciones, y emprender el de la recuperación. Pero de verdad. Defender, reivindicar…, sí. Pero ante todo ser conscientes de que sin trabajo y voluntad política las arenas del Tajo serán un espejismo. Un objetivo serio y posible sería que al final de la década nos pudiésemos bañar en esa playa. En 2027 se debe alcanzar legalmente el buen estado de las masas de agua. El agua del Tajo puede acabar regando decenas de miles de hectáreas a orillas del Mediterráneo; o recorriendo la Mancha en una tubería; sus aguas contaminadas por Madrid para no reducir beneficios económicos del Canal. ¿Y aquí? ¿Callamos y tragamos? ¿Dejamos que nos ninguneen otro medio siglo más? ¿En tan poca estima nos tenemos?
Algunas veces, cuando enseño Talavera, me preguntan porqué hay un bar que se llama La playa tan lejos del mar e incluso del propio río. Y les tengo que contar que hasta ahí mismo llegaba la playa de dos kilómetros de largo y trescientos de ancho que teníamos en mi ciudad. Bajo los adoquines, bajo el silencio, bajo el desprecio, bajo el olvido, no se nos olvide que siempre hay una playa.