El Gobierno de la Diputación de Toledo continúa con su labor para promover acciones que hagan más atractivo el mundo rural y combatir así la despoblación, sobre todo en aquellas zonas más afectadas por este problema, cumpliendo así con su papel de vertebrar y cohesionar el territorio.

Por ello, a través del área de Bienestar Social, que dirige el vicepresidente Daniel Arias, la Diputación ha alcanzado un acuerdo de colaboración con la Asociación 'Pueblos con futuro', para el desarrollo del proyecto 'Revitalizando pueblos', que prevé la integración de familias en la zona rural, y más especialmente en las comarcas de La Jara, la Sierra de San Vicente y la Campana de Oropesa.

El proyecto propuesto impulsa el aprovechamiento de las acciones para promover el potencial de cada localidad, acompañando y ayudando a las familias a configurar y llevar a cabo proyectos de vida adaptados al mundo rural.

Se trata de un programa para las comarcas señaladas, abarcando 57 municipios que conforman esta zona de la provincia, afectando en su desarrollo a 23 municipios de La Jara, 17 de Campana de Oropesa y 17 de Sierra de San Vicente, para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en sus pueblos.

La Diputación de Toledo y la Asociación 'Pueblos con futuro' buscarán convertir ese territorio en 'tierra de oportunidades', frenando la despoblación, pero contando en todo momento con los ciudadanos, recursos y necesidades de esas zonas.

Según explicó Daniel Arias, el programa tiene como destinatarios, principalmente, a familias vulnerables que quieran unir sus proyectos de vida al mundo rural.

Las actuaciones previstas se sustentan en tres ejes: selección de familias; conocimiento del terreno; y seguimiento de las familias.

En la selección de las familias habrá que hacer coincidir las ofertas de empleo de los pueblos con las demandas de trabajo de las familias, en una actuación que precisará de numerosas entrevistas, recogida y comprobación de datos, y un minucioso análisis de las necesidades de las familias.

Será importante conocer las posibilidades de trabajo y estado de las viviendas, así como los medios de transporte y la ubicación de los servicios educativos y sanitarios.

Una de las claves del proyecto es incorporar familias en los pueblos con garantías de continuidad, haciendo un seguimiento mínimo de uno o dos años hasta conseguir su adaptación al entorno rural.