Castilla-La Mancha cerró 2023 con un déficit de 566 millones de euros, equivalente al 1,12 por ciento de su PIB, según el avance de datos de ejecución presupuestaria de las administraciones públicas que ha expuesto en rueda de prensa la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
El déficit que alcanzó la administración regional el pasado año es inferior al que registró en 2022, que fue de 808 millones, equivalente entonces al 1,92 por ciento de su PIB. En teoría en este 2024 no debería haber déficit, pues Castilla-La Mancha ha aprobado unos presupuestos con un equilibrio entre ingresos y gastos.
Al igual que Castilla-La Mancha hay otras once comunidades autónomas que registraron déficit a cierre del pasado año. Es la quinta región con un mayor desfase entre ingresos y gastos. Solo la superaron Andalucía, con un 1,13 por ciento, Cataluña con un 1,31 por ciento, Murcia con un 2,32 por ciento y Comunidad Valenciana con un 2,45 por ciento. Otras regiones con déficit fueron Aragón con un 0,82 por ciento, Castilla y León con un 0,69 por ciento, Extremadura con un 1,04 por ciento, Galicia con un 0,13 por ciento, Madrid con un 0,74 por ciento, La Rioja con un 0,48 por ciento y País Vasco, con un 0,08 por ciento.
Hay comunidades que consiguieron cerrar con superávit. Así ocurrió en Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria y Navarra. El déficit del conjunto de las administraciones públicas (AAPP) cerró 2023 en el 3,66 por ciento del PIB.