Aún en shock por lo sufrido durante toda la noche, los vecinos de la localidad serrana de Mira no daban crédito, a primera hora de esta mañana, a las terribles consecuencias del paso de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que había dejado tras de sí el caos en forma de agua, barro y rocas, e, incluso, se había cobrado la vida de una vecina, Celsa, de 88 años, que sería localizada en su casa en torno a las 10,30 horas.
Los algo más de 170 litros caídos durante la jornada del martes ocasionaron varias crecidas del río Ojos de Moya, conocido como río Mira a su paso por el municipio, que llegaban a su momento más crítico en torno a las cuatro de la madrugada, cuando las aguas anegaban las calles más próximas al cauce, hasta el punto de sobrepasar en algunas zonas los tres metros de altura y dejar atrapados a más de medio centenar de vecinos, que subían a las plantas superiores de sus casas e, incluso, a los tejados.
Las primeras evacuaciones se producían ya el martes por la tarde, cuando fue necesario el desalojo de siete usuarios de la vivienda tutelada, que fueron trasladados al antiguo Centro de Salud del municipio, ahora albergue para peregrinos. Pero eso era simplemente el principio y lo peor estaba por llegar.
El caos que sembró la DANA en Mira - Foto: Reyes MartínezLa crecida del río Ojos de Moya ha llegado a tal nivel que, según afirmaban a La Tribuna los propios vecinos, el agua no sólo se ha llevado coches, remolques, tractores y otros enseres, sino que se ha adentrado en la parte baja del pueblo y ha comenzado a reventar puertas de garajes, naves y casas, llevándose a su paso todo tipo de objetos, al tiempo que ha levantado el asfalto en algunas zonas, mientras los vecinos huían de la riada como podían.
Dispositivo. Ante esta situación y después de que el Gobierno regional elevara en la madrugada el Meteocam a Fase de Emergencia Situación Operativa 2, se ha movilizado un dispositivo especial, incluidos efectivos de la Unidad Militar de Emergencia (UME), que sobre las tres de la madrugada ha comenzado a actuar en la zona, sobre todo, porque más de medio centenar de vecinos se encontraban atrapados en sus casas y en situación de riesgo vital, a lo que se ha sumado que la carretera de entrada a la localidad, la CM-2109, había quedado cortada por un desprendimiento de tierra y rocas.
En torno a 150 efectivos, entre varias unidades de la Guardia Civil (Usecic, GEAS, Tráfico, Destacamento Fiscal y Fronteras y Grupos de Rescate Especial de Intervención en Montaña), UME, Bomberos de Cuenca y Requena, Plan Infocam y Protección Civil, se han puesto manos a la obra para proceder al rescate de los vecinos.
El caos que sembró la DANA en Mira - Foto: Reyes MartínezTareas a las que se ha incorporado a primera hora de la mañana, con las primeras luces del día, un helicóptero del Servicio Aéreo de la Guardia Civil, que ha llegado a rescatar a 14 vecinos a lo largo de la mañana.
El vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, y la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, entre otras autoridades, se han desplazado hasta la localidad serrana para interesarse por lo ocurrido y mostrar su apoyo a sus vecinos.
Las tareas de rescate han concluido sobre la una de la tarde, después de más de diez horas de intensos trabajos, donde la coordinación de los medios se ha antojado fundamental para el buen funcionamiento del amplio dispositivo de emergencia.
Limpieza. Como consecuencia, una vez que han sido rescatados todos los vecinos, trasladados al punto de reunión fijado en el colegio y realojados con familiares y amigos, se ha rebajado el nivel de activación del plan de emergencias Meteocam, lo que ha conllevado consigo sobre las dos de la tarde la retirada de los efectivos de la UME allí desplazados.
A partir de ese momento, tal y como ha manifestado el jefe de Servicio de Protección Ciudadana en Cuenca, José Manuel Olmeda, han comenzado las labores de desescombro, limpieza, achique de agua de las viviendas y baldeo de calles.
Y es que el barro y las rocas se ha acumulado a lo largo del Paseo Julián Castellano, por donde discurre el río Ojos de Moya, así como por las distintas calles aledañas, donde los vecinos no han dejado de limpiar en busca de «regresar a la normalidad lo antes posible», han señalado.
No obstante, Olmeda ha dejado claro que aún queda mucho para recobrar esa ansiada normalidad, puesto que a las labores de limpieza y achique de agua, hay que sumar la valoración de daños estructurales en casas y naves, ya que algunas pueden haberse visto afectadas de manera importante. Aunque, eso sí, según ha agregado, no se haya registrado el derrumbe de ninguna vivienda, pero sí de bastantes muros y tabiques.
En definitiva, después del desastre, toca, ahora, sacar fuerzas de flaqueza y, entre todos, volver a la normalidad.
Los medios de emergencia allí desplazados se han empleado a fondo durante toda la mañana para lograr la extracción de ese medio centenar de vecinos, que han visto pasar las horas en una angustia constante, mientras el agua inundaba todo a su alrededor y sin que ellos pudieran hacer nada.