La prohibición se cronifica en la mancomunidad del Pusa

J.Moreno
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Los altos niveles de hierro causan un año más la declaración de que el servicio público no es potable. Las bajas reservas tras el verano repiten la restricción

La prohibición del agua se cronifica en la mancomunidad del Pu

La Mancomunidad del Río Pusa ha difundido que el agua de cuatro municipios de la agrupación presenta altos niveles de hierro, por lo que los análisis conllevan la declaración de que el abastecimiento no es potable. Por tercer año consecutivo, estas localidades inician un periodo sin un servicio básico, como el de utilización del abastecimiento para bebida y elaboración de alimentos. Se trata de los pueblos de Retamoso de la Jara, Santa Ana de Pusa, San Martín de Pusa y Villarejo de Montalbán.

Así lo confirmó ayer a este diario el presidente de la Mancomunidad del Río Pusa y alcalde de San Bartolomé de las Abiertas, Esteban Benito Blázquez. El bajo caudal de la presa jareña, probablemente por debajo del 20 por ciento de su capacidad, eleva los niveles de hierro y afecta principalmente a las localidades que dependen exclusivamente de este embalse.

De esta manera, el resto de la mancomunidad (Los Navalmorales, La Pueblanueva, Torrecilla de la Jara, Malpica de Tajo, Espinoso del Rey y San Bartolomé de las Abiertas) se libran de la declaración negativa porque su abastecimiento principal procede de otra captación o porque dispone de unos sistemas de filtración propios.

Los municipios aguardan ahora que la lluvia corrija estos niveles tan altos de hierros. Y esperan desde hace aún más tiempo, unos siete años, la ejecución del proyecto de una nueva captación, aún sin financiación. El presupuesto total asciende a 11 millones de euros, pero la solución a los crónicos altos niveles de hierro cuesta unos dos millones de euros, según los cálculos manejados por el presidente. El proyecto global pasa por bombear el agua desde la propia infraestructura y no a un kilómetro y medio aguas abajo como ahora.

El verano trae aparejada la llegada de muchos allegados a las localidad y se multiplica la población. Como consecuencia, hay un aumento desmesurado del consumo de agua en una época del año sin apenas entrada de reservas en el embalse.

El problema de la aptitud del agua se ha cronificado en la Mancomunidad del Río Pusa porque se ha repetido en estos últimos años, pero hay antecedentes incluso más remotos.