Pilar Gil Adrados

Entre Encinas

Pilar Gil Adrados


Oro, bitcoin y pago en efectivo

13/02/2025

El patrón oro se abandonó en 1971 y, a partir de entonces, pasamos a un sistema fiduciario en el que el oro no respalda el valor de la moneda, sino la confianza pública que genera el Estado que la emite, por lo que el dólar que dominaba el comercio mundial se ha empleado como moneda de reserva en muchos países.
Aun así, las tensiones y conflictos del mundo han reforzado la importancia del oro como un refugio de valor estable y fiable. Estados Unidos es el país que mayor número de toneladas almacena, más de 8.000, con poco menos de la mitad de esa cantidad le siguen países europeos, Alemania, Francia e Italia y en la siguiente posición Rusia y China, que desde los últimos veinte años son los mayores compradores mundiales de oro. El Banco de España, a su vez, almacena unos 9 millones de onzas troy, aproximadamente 283 toneladas. 
Después de la invasión de Rusia a Ucrania, se aprecia claramente un aumento de la caída del dólar como reserva de divisa y su reemplazo por oro en muchos países. Puede que alertados por la facilidad con la que EE. UU. impuso sanciones a Rusia, congelando sus reservas en dólares. Incluso entre los países BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- se contempla la posibilidad de establecer una moneda común con la que alejarse del dólar.
Tras el cambio de presidencia en los EE. UU. se van materializando las distintas promesas electorales. Así, se han presentado cerca de 35 proyectos de ley, de más de veinte estados norteamericanos, que contemplan el bitcoin y otros activos digitales en sus políticas, con el fin de facilitar la minería de activos digitales y promover su uso, colocándose a la vanguardia de la innovación financiera y tecnológica. La mayoría de los estados pretenden crear una reserva estratégica de bitcoin para diversificar activos de la cartera estatal y protegerla de la inflación y la volatilidad de otros activos tradicionales. Otros, como Kansas o Indiana, también permitirían que el Tesoro pudiera destinar fondos estatales, por ejemplo, del sistema de jubilación, para invertir en criptomoneda. La minoría, entre ellos Arizona, además ambicionaría adoptar criptomonedas con moneda de curso legal, tal como el dólar, es decir medio de cambio y pago en su estado.
Sin embargo, las criptomonedas siguen siendo un activo de riesgo, con grandes fluctuaciones de precio que pueden exponer las reservas a una seria volatilidad, por lo que es más probable que asuma ese riesgo un país desarrollado que cuenta con mayores reservas.
En nuestro ámbito, alguien me recuerda que el TJUE, en una sentencia sobre una cuestión prejudicial sobre una norma que excluía el pago en efectivo, declara «la conexión del efectivo con el ejercicio de los derecho fundamentales sí es directa en los casos en que el uso del efectivo funciona como un elemento de inclusión social» y, refiriéndose a los sectores vulnerables de la sociedad, «el efectivo constituye, en efecto, la única forma de dinero accesible y, en consecuencia, el único medio para ejercitar sus derechos sociales vinculados al uso del dinero».