Los responsables de Lemon Garden Toledo -una de las concesionarias hasta el año pasado de una de las terrazas de La Peraleda- tienen claro que van a volver a presentarse al concurso de la que durante los últimos dos veranos ha sido su casa en La Peraleda, aunque también apuntan que, a la espera de estudiar bien las nuevas condiciones exigidas por el Ayuntamiento, tanto los baños químicos como las pantallas acústicas parecen inversiones «caras».
A los responsables de este negocio, apunta Borja García, les hubiera gustado que el Ayuntamiento sacara a concurso las dos terrazas, no solo de la que ellos se han encargado durante los últimos años, «para que estemos todos en igualdad de condiciones y si alguien quiera las terrazas pueda pujar por las dos, no solo por la nuestra; que no pelee todo Toledo por la nuestra y la otra pueda abrir a su gusto».
El pasado año, las dos terrazas abrieron al público el 6 de junio, una vez acabó un festival musical, para evitar juntar mucho tumulto en La Peraleda. En esta ocasión, los responsables de Lemon Garden esperan poder hacerlo incluso antes, «lo antes posible», para poder así aprovechar el 'tardeo', que más adelante es casi imposible con los rigores del verano toledano. Dado que solo se puede trabajar, por concesión, ocho meses, su idea es aprovecharlo al máximo, «esperemos que se den prisa y poder hacerlo cuanto antes».
Lemon Garden ve «caras» las condiciones para optar a terraza - Foto: David PérezNovedades caras. Lo que los responsables del negocio conocían de antemano, por el anuncio municipal, es que la nueva concesión va a exigir la instalación de unos baños químicos, que impidan los vertidos al Tajo, y pantallas acústicas, para evitar molestias de ruido a los vecinos de la ciudad, sobre todo, a los de San Pedro 'el Verde' o a los pacientes y trabajadores del Hospital Nacional de Parapléjicos. Así que a falta de concretar más cosas que han podido hacer con la reciente publicación de las bases del concurso, ya han estado preguntando por presupuestos a algunas empresas, y la conclusión es que son dos actuaciones caras.
Los baños químicos, por un lado, «son un dineral y casi inviable». Por su parte, las mamparas acústicas parecen otra inversión en la que hay que echar números, sobre todo dado que las terrazas son una concesión por dos o tres años, no una propiedad, así que la inversión puede ser elevada para poco tiempo. En cualquier caso, quieren estudiar la mejor opción «porque nosotros somos los primeros interesados en no molestar a nadie y rehacer nuestra actividad sin que a nadie le suponga el sueño o la salud».
Desde la terraza apuntan, eso sí, que el problema del ruido en La Peraleda viene más por los coches que ponen música alta que por la suya. Ya se han hecho mediciones «y en las terrazas estamos super limitados en cuanto a la música, muy controlados, lo que produce el ruido es el botellón y los coches, no tanto las terrazas». Los controles cada fin de semana dan mediciones correctas, pero son los ruidos ajenos los que molestan a los vecinos. Se podría buscar otra ubicación para estas dentro de la misma zona, «pero las molestias iban a ser las mismas».
Lo que los responsables de esta terraza vuelven a ofrecer, de ser de nuevo los concesionarios, es una reunión con los vecinos afectados, a los que abren las puertas para conocer sus instalaciones «y que hablen con nuestros clientes, que la principal pega que nos ponen es que el sonido está muy bajo».
Lo que tienen claro desde Lemon Garden es que La Peraleda sigue siendo el mejor lugar para instalar unas terrazas de verano. Parecen coincidir con lo expuesto por el alcalde, Carlos Velázquez, quien ya ha anunciado que quiere que el ocio siga en este espacio, para evitar que los jóvenes tengan que conducir a otras localidades. Aunque también ha señalado la necesidad de los baños químicos y las pantallas.