Irene Sánchez-Escribano no piensa en retirarse. Ni mucho menos. La atleta toledana anunció en febrero que estaba embarazada de su primer hijo, y que dará a luz en agosto.Sin embargo, no es el fin de su carrera deportiva: «Hay Irene para rato». De hecho, no ha dejado prácticamente de ejercitarse, aunque de diferente manera, y tiene un horizonte: mayo de 2026, con vistas al Europeo del mes de agosto.
Lo ve factible, y piensa que «no es ninguna locura», porque «hay gente que incluso ha vuelto antes». En cualquier caso, deberá esperar a la recuperación posparto, e irá tomando decisiones en función de cómo se encuentre.
En su hoja de ruta está el propósito de «no tener prisa y hacer las cosas bien». De hecho, ya al final de la pasada campaña dio un giro a la ruta con la participación en el Medio Maratón de Valencia. Y el resultado fue convincente. Sin embargo, esta distancia no está en los grandes campeonatos, y su única opción por ahí será el maratón, algo para lo que, de momento, no llegaría a tiempo. Es más realista regresar a los 3.000 obstáculos, una prueba que ya tiene dominada, con el deseo de repetir Juegos en Los Ángeles, en 2028.
De momento, apenas ha dejado de correr, solo por una pequeña lesión en el glúteo, eso sí, con un entrenamiento alternativo que le permite estar activa. Reconoce que buscó asesoramiento, y que le recomendaron seguir realizando ejercicio físico sin pasarse del 90 por ciento de su capacidad cardíaca, «es decir, a ritmos más bajos», explica. Además, ha ido incluyendo mucho trabajo de fuerza y, mientras tanto, ha ido vigilando el seguimiento ecográfico.
En cuanto a este paso tan importante en su vida, la atleta toledana confiesa que tenía claro que quería ser madre sin esperar a retirarse. «He tenido una progresión muy buena, y creo que me quedan años por delante», asegura la corredora, de 32 años.
Reconoce también que, afortunadamente, «hay muchos ejemplos de atletas que volvieron después de ser madres, y eso me da mucha confianza». Y es que, considera que estos casos han contribuido a que «se avance enormemente». Señala, por ejemplo, a Ana Peleteiro, pero también a Ona Carbonello, «abanderada de la maternidad en nuestro país». Asimismo, ha podido, recientemente, intercambiar opiniones con otras deportistas que también pausaron su actividad, como Isabel Macías o Jacqueline Martín.
Sánchez-Escribano asegura que «ahora mismo está todo mucho más estudiado, y los médicos tienen claro que hacer deporte es bueno para la prevención de enfermedades; los niños de las atletas que lo han hecho están sanísimos». Ella espera ser, igualmente, «avanzadilla para las que vengan detrás, porque todavía queda mucho camino que recorrer», añade. Por este motivo está participando en foros, encuentros y entrevistas. Se siente con esa responsabilidad.
Asimismo, la atleta capitalina desvela que querían intentarlo después de París. Su papel en los Juegos Olímpicos en la capital parisina supusieron, además, «una satisfacción y alivio», y fue «como cerrar un círculo».
El bebé será una niña, de nombre Candela. Irene Sánchez-Escribano ya se encuentra en Huesca, lugar de residencia de su pareja y el escogido para el nacimiento de su hija. Será aragonesa, oscense, pero con sangre toledana.