Seguramente muchos de los lectores habrán leído u oído hablar de esta persona a quien dedico la columna esta semana. Me refiero a Fernando Aranda Alonso (Toledo- 1935), un artista de la pintura y plumilla, toledano de pura cepa y con un extenso curriculum del que necesitaríamos varias líneas más para ensalzarlo y del que entresaco y resumo unas cuantas. Destaco que fue jefe del Observatorio Metereológico de Toledo la friolera de 45 años y es franciscano seglar, además de una persona excelente.
Su estudio de trabajo radica en el caso histórico, a escasos metros de la catedral primada y durante los casi tres años que hemos sufrido la pandemia del Covid 19 y vuelta a la normalidad se encerraba en su estudio y alumbró la idea de pintar 55 cuadros de varios tamaños, todos relacionados con el río Tajo. La idea que concibió era que a través de los cuadros los toledanos y el público en general aprendiésemos la historia de Toledo a- hoy muy desconocida-, a través del río que circunda la ciudad. Recuérdese que la historia de la misma ha estado siempre vinculada y relacionada con el Tajo.
Fernando está dispuesto a donar los 55 cuadros del Tajo a la ciudad de Toledo para su exposición al público. Considera como lugar más idóneo para ver cumplido su sueño el que se lleve su obra a la Casa del Diamantista. Como se sabe, muy cerca del Barco de Pasaje y propiedad de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Incluso va más lejos y cree que instalar allí un centro de interpretación sería lo ideal y más acertado.
La anterior alcaldesa Milagros Tolón y el actual, Carlos Velázquez conocen su proyecto y les pareció bien la idea. Pero ahora falta lo principal: llevar lo hablado a la práctica: trasladar allí los 55 cuadros, exponerlos, adecuar el lugar y mantenerlo. Uno recuerda con amargura y tristeza lo que ha sucedido con Bahamontes. Le instalaron la bicicleta, su monumento, en el Miradero, la han vilipendiado varias veces y ahora ni está expuesta. Y del museo prometido, ni está ni se le espera.
Aranda merece de sobra que el Ayuntamiento dé forma al sueño de este toledano, que, en 2018, no en vano le nombraron Hijo Predilecto de la ciudad. No merece que le suceda como a nuestro Fede con el museo, que el hombre desaparezca y su obra y sueño quede en el olvido. ¡Cuánta pasta gansa se gastan nuestros políticos en obras inútiles de dudoso cuño como el 'charco del Ayuntamiento' y los dos lugares más que abrieron, hoy cerrados! No producen rubor a nadie. Y el centro de interpretación es cuestión de evaluarlo. En estos casos lo primordial es que haya lugar para ubicarlo. Que lo hay. Y luego que haya voluntad de instalarlo. ¿La hay por parte del Ayuntamiento y de la CHT?