El 4 de diciembre de 1655 nacía en Toledo Tomás de Micieces y Solo, importante compositor del barroco conocido como el Menor o el joven, ya que su padre, de igual nombre, también fue músico y compositor. Su madre fue doña Manuela de Solo y Olivay y recordaremos que Tomás fue un hijo ilegítimo, ya que su padre era sacerdote y por ello tuvieron que ocultar el nacimiento y oficialmente se le hizo pasar como sobrino de su padre. Comenzó su formación en la misma catedral de Toledo, gracias a los conocimientos de su propio padre, aunque también tuvo el honor de pasar por otras iglesias importantes como la de las Descalzas Reales o la capilla real de Madrid. Otros compositores que formaron a Tomás de Micieces fueron Cristóbal Galán o Carlos Patiño. Sería en el año 1685 cuando consigue el puesto de maestro de capilla de la catedral de El Burgo de Osma y poco después se presentó al examen para ser el responsable de toda la parte musical de la Seo de Zaragoza, objetivo que consiguió, tras lo cual se hizo cargo de las fiestas del Corpus Christi zaragozano del año 1692. Muy posiblemente también fue el responsable de la creación del seminario para músicos e infantes de la iglesia de Zaragoza, que arrancaría en 1694.

Micieces abandonó Zaragoza para recalar en Salamanca, donde sustituyó a Francisco Zubieta, siendo elegido el 23 de junio de 1694 aunque su nombramiento fue efectivo el 12 de noviembre de aquel año. A su llegada a Salamanca afirma que había tenido muchos gastos y costas por el traslado y se le conceden quinientos cincuenta reales «en forma graciosa» y de una sola vez, lo que demuestra las estrecheces económicas que pasó este toledano. Muy rápidamente, es decir, el 10 de diciembre de 1694 comienza a componer los villancicos de aquella Navidad y hay constancia que el día 22 de ese mismo mes, solicita de nuevo un socorro económico ya que no podía esperar al cobro del trimestre. También en Salamanca ocupó la Cátedra de Música de la Universidad de Salamanca, ya que su titular -Diego Verdugo- se encontraba en la capilla real de Madrid prestando lo que él denominó «servicios a la corona» y por tanto, Micieces desempeñó el cargo de forma interina, hasta que en 1700 obtendría dicha Cátedra de manera oficial ante la jubilación de Verdugo. El 20 de junio de 1715 pidió honores, es decir misas mayores, presidencias, voz y voto en el Cabildo, argumentando que servía con toda atención y afecto a la catedral salmantina, cargos que le fueron concedidos. Tomás de Micieces fue, por tanto, maestro de capilla de la catedral de Salamanca y catedrático de su universidad hasta su muerte en aquella ciudad el 16 de mayo de 1718. También había ocupado anteriormente el cargo de maestro de capilla en el Castellar de Santisteban (Jaén) y en Burgo de Osma (Soria). Gracias al expediente de limpieza de sangre que tuvo que realizar Micieces el Joven, que se data en septiembre de 1685 y se conservan en el archivo catedralicio de Burgo de Osma, sabemos que la familia paterna de Tomás procedía de Palencia, concretamente de Villaescusa de Ecla. 

Sobre las obras atribuidas a Micieces destacamos el villancico a San Pedro Arbués, siendo un autor que introdujo rasgos innovadores para su época en sus creaciones, incluyendo violines y el uso del término «aria». Por otro lado, encontramos algunas de sus obras en el riquísimo archivo musical de la catedral de Salamanca como Corderillos traviesos: Villancico a los Inocentes a 5 (1714), El gaytero de Belén con los zagales: Villancico a los Santos Reyes (sin fecha y cuya portada reproducimos), Solo amante vive: Villancico al Santísimo a dúo (sin fecha), Missa sobre el motete O Beatum birum a 8, Conceptio tua Dei: Motete a 8 (1683) o Letatus sum: Salmo a 8 (1679).