El Ayuntamiento de Toledo ha dicho basta ante los constantes actos vandálicos que ha sufrido la estatua de Federico Martín Bahamontes situada en la calle Venancio González, junto al Miradero. El último de ellos, ocurrido en el puente de la Constitución, obligó a retirar la obra de Javier Molina Gil, financiada por la Fundación Soliss, ya que acabó de bruces contra el suelo debido a la brutalidad que emplearon los autores de la fechoría, que fueron identificados por la Policía gracias a la cámara de seguridad instalada para evitar este tipo de comportamientos incívicos.
No obstante, el actual sistema de vigilancia no se ha demostrado eficaz para prevenir el vandalismo, sino sólo para sancionar una vez que ha ocurrido el daño, cifrado en esta última ocasión en 13.000 euros.
Aunque el Ayuntamiento de Toledo pensó en un primer momento en elevar la peana varios metros de altura para ponérselo más difícil a los incívicos, la idea se ha descartado dado que el autor de la obra considera que se desvirtúa en parte su trabajo. De hecho, una de las razones que explican el éxito de esta escultura que rinde homenaje al Águila de Toledo, recientemente fallecido, es el que los toledanos y turistas pueden interactuar directamente con la obra y posar junto a una de las leyendas del ciclismo español.
Descartada la elevación de la peana, la protección de la escultura de Bahamontes va a llegar de la mano de una tecnología puntera en materia de seguridad ciudadana, que tanto el alcalde de la ciudad, Carlos Velázquez, como la vicealcaldesa, Inés Cañizares, conocieron en Milán cuando viajaron a la inauguración de la exposición sobre El Greco. Tras visitar la muestra, ambos acudieron a la mayor feria europea especializada en temas de seguridad y allí pudieron conocer los detalles de esta solución antivándalos. En líneas generales funciona como la pistola táser que utilizan algunos cuerpos de seguridad. Así, quienes toquen la obra ejerciendo presión sobre ellas, por ejemplo apoyándose, recibirán un molesto calambrazo. Sin embargo, si la fuerza ejercida es mayor o se intenta manipular la pieza, la intensidad de la descarga será mayor, llegando a producir una parálisis momentánea que permitiría a la policía personarse a tiempo y sancionar in situ al autor o autores del atropello al patrimonio de la ciudad.