Es una buena noticia que la reunión de la Comisión de Salud Pública, organismo que sirve de lugar de encuentro entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, haya pasado casi desapercibida y que se haya resuelto con un acuerdo generalizado sobre las medidas a adoptar para evitar el contagio y la extensión de la viruela del mono (mpox) en su nueva variante, de la que afortunadamente, todavía no se ha registrado ningún caso en nuestro país. La rápida reacción de todas las autoridades sanitarias después de que la OMS declarara la emergencia sanitaria internacional por la extensión del virus en África, sobre todo en la República Democrática del Congo, y de que se detectara un caso en Suecia, demuestra que algo se ha aprendido de la pandemia del covid-19 y de las consecuencias que tuvo a todos los niveles.
Que en esta ocasión no se haya producido el tradicional enfrentamiento entre las autoridades ministeriales y los responsables autonómicos del PP más beligerantes se ha debido a que la Unión Europea, a principios de semana, había allanado el camino para el acuerdo al descartar el control en fronteras o la vacunación a la población general, porque considera que el riesgo de extensión del mpox es bajo, por lo que no es necesario adoptar nuevas medidas de prevención. No obstante, la recomendación de todas las autoridades sanitarias españolas es que las personas que se han administrado una dosis completen la vacunación y que quienes vayan a viajar a los países más afectados por virus valoren vacunarse.
Lo que ha logrado contener la reunión de la Comisión de Salud Pública es el brote de alarmismo que había comenzado a propagarse desde la Comunidad de Madrid con su petición de que se acentuaran los controles en la frontera, en especial en el Aeropuerto de Barajas. Quienes se ponen en lo peor siempre acaban esgrimiendo que llevaban razón cuando se desata la crisis, pero se olvidan de pedir disculpas si han errado en sus vaticinios y son expertos en poner deberes a los demás cuando la responsabilidad no recae sobre ellos. Por supuesto que es preciso comunicar los casos a las autoridades sanitarias cuando se detecta algún caso, pero eso va de suyo. El mpox, afortunadamente no tiene el mismo mecanismo de transmisión que el covid- 19, ni sus efectos son tan mortíferos, además de que ya existen vacunas para los brotes antiguos de la infección y ya hay laboratorios preparando vacunas para las nuevas variantes. El problema una vez más es que la mejor forma de atajar la extensión de los contagios es mediante la vacunación en los países de los que procede el virus, precisamente, los más pobres, los que tiene una infraestructura sanitaria más deficiente y a los que no llegan las vacunas porque no pueden pagarlas y dependen en muchos casos de la generosidad de los más desarrollados.
Quedan por resolver los problemas de fondo que afloro la pandemia del covid-19 y que no se han afrontado porque los partidos han preferido dedicar su tiempo a las comisiones de investigación sobre los enriquecimientos, posiblemente ilícitos, que se produjeron en la compra de material para hacerle frente, en lugar de preparar al país ante una nueva pandemia que los expertos afirman que puede estar al caer -ojo a la gripe aviar- y que sería imperdonable que pillaran sin protocolos, sin suministros y sin aclarar que régimen habría que establecer hasta que se recuperara la normalidad, dado que el estado de alarma aplicado fue declarado inconstitucional.