Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Ciclogénesis

18/03/2024

Hace unos años, este término se puso de moda en los espacios del Tiempo dentro de los informativos. Parecía que se acuñaba con él, ese concepto 'raro' que afectaba a los, ahora, tan curiosos requiebros climatológicos, bien producto del consabido y discutido cambio climático, o bien por el aludido efecto invernadero.
De una u otra manera, la Ciclogénesis empezó a ocupar espacios léxicos del lenguaje coloquial o del enredado mundo político-social, cuando hablábamos de borrasca como definición más apropiada. Y es que cierto es, porque sea otoño, invierno o primavera, la borrasca está ahí, sin esperarla o esperándola, y 'atiza' con virulencia, provocando catástrofes o desvaríos entre la Naturaleza o la Sociedad, según se mire.
Por eso, cuando amanece con escarcha el día puede ser entretenido, porque el sol será el protagonista y los dimes y diretes en la política del país, serán noticia caliente; pero cuando amanece con niebla, todavía es más soleado por eso de cumplirse el refrán de «mañana de niebla, tarde de paseo». Ahora bien, la ciclogénesis es aplicado a la borrasca, y entonces, el cielo se llena de nubarrones, productivos para los artistas del pincel porque colorear cielos tormentosos es algo que genera adrenalina; pero no tan productivos para los locuaces gestores del dinero público porque se encienden alarmas inesperadas que calientan motores en los despachos institucionales.
La ciclogénesis explosiva o bomba metereológica ha llegado nuevamente: ciclones, tifones, borrasca explosiva, caídas de presión, anmistías, mascarillas, impagos, vaguadas de presión incipientes, contrastes térmicos, tornados, masas frías o calientes, desarrollos virulentos, apelmazamiento o gradiente de las isolíneas, gastroenteritis o dolores geostróficos, vientos y mareas.
Creo que nuestro cuerpo se ha hecho al sistema. Nos hemos adaptado a los constantes 'cambios de opinión' por ser un instrumento legal y constitucional; incluso, nos hemos hecho a las subidas y bajadas de los precios como habitual sistema en el mecanismo comunitario; también a las noticias de sexo libre, más que nada, porque de no practicarlo, se ha quedado obsoleto; a 'engancharnos' para mejorar la miopía, a la Isla de las Tentaciones de Tele5 y si cabe, a 'echarnos al monte' para huir de la ciudad.
La verdad es que este término –Ciclogénesis- se ha hecho viral. Posiblemente, nuestra mente ya no esté preparada, por la edad o el cansancio de neuronas, para adecuar los nuevos vocablos en definición y significado, pero debemos de intentarlo, más que nada, para que las generaciones venideras nos tomen como ejemplo de constancia, gratitud, sacrificio y resiliencia, eso sí, resilientes somos un rato largo, ya que somos capaces de afrontar la adversidad con 'nobleza'. ¿O no?