Para la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA), «la mejor vista de Toledo ya existe, rodeada del entorno natural mejor conservado de la ciudad». De ahí que abogue por la defensa de su riqueza y patrimonio natural: «defendamos nuestro Valle».

Tras una exitosa actividad en la zona este fin de semana, ARBA Toledo insiste en defender «una ciudad que valore su entorno natural y su biodiversidad, en lugar de hipotecar su futuro en infraestructuras innecesarias que comprometen la identidad y riqueza biológica de entornos tan especiales como el Valle». Es decir, «Toledo no necesita más parkings, ni necesita más auditorios. Necesita gente dispuesta a comprender y valorar la riqueza de nuestro entorno, como los ciudadanos que participaron en la salida».  

Salida por el Valle. Así lo ha manifestado fuentes de la Asociación después de que el pasado sábado 15 de febrero, más de sesenta personas se unieron a la salida que organizó ARBA Toledo en el entorno del Valle, con el objetivo de conocer y valorar la flora y vegetación protegida que aún reside en este enclave único.

ARBA se opone al auditorio y más infraestructuras en el ValleDurante la jornada, los expertos en botánica de la Asociación explicaron la importancia de especies como Narcissus fernandesii y Ephedra fragilis, «dos joyas de nuestra flora que encuentran en estos parajes de sus últimos refugios».

La actividad se desarrolló a lo largo de senderos ya existentes, rodeados de manchas donde la vegetación mediterránea se mantiene en un estado de conservación relativamente bueno.

Se destacó el papel fundamental de la vegetación para el correcto mantenimiento de servicios ecosistémicos clave como la formación de suelo, disminución de la escorrentía y mantenimiento de la biodiversidad, subrayando la vulnerabilidad de estos frente a sus amenazas principales y recurrentes: los recientes proyectos «de mejora y descongestión de la ciudad», la masificación turística e irresponsable, la abundancia de residuos de todo tipo, el uso inadecuado de veredas y caminos por motos y bicis y la eliminación de los estadios intermedios de la sucesión natural, como si de un jardín se tratase.

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