El reparto de la ropa se realizó en la bajada de San Martín, donde se localiza la ONG. - Foto: Víctor Ballesteros Es la cola de la esperanza, del hambre, de la ayuda, de la grandeza del ser humano. Es la cola que logra igualar a la ciudad de Toledo. A un lado, las personas más necesitadas, al otro, un enorme equipo de voluntarios que simbolizan la ayuda de toda la provincia y dan todo lo que pueden de ellos mismos sin pedir nada a cambio. Como cada mes la sede de la asociación Socorro de los Pobres, situada en la cuesta de San Martín, abrió ayer su local repleto de bolsas de alimentos y ropa para ayudar a aquellos que más lo necesitan. El amigo de los pobres y fundador de esta ONG, Cipriano González repartió, como lleva haciendo más sesenta años, 4.000 bolsas de alimentos además de bondad y muchas sonrisas.
«En esta ocasión vamos a repartir alimentos, ropa, dulces, embutidos, leche y juguetes. Queremos que los niños que se quedaran sin ellos durante estas navidades vuelvan a recogerlos. Quizás no tuvieran esperanza de tener más, pero de alguna manera se han hecho con el juguetito», contaba ilusionado.
El parroquiano de San Juan de los Reyes, al que le sobra corazón por todos los costados de su cuerpo, no quiere llevarse los méritos y no para de dar las gracias a la ciudad de Toledo, a los vecinos y empresas que donan voluntariamente y a los equipos de protección civil que les ayudan a repartir. «Ellos han catalogado los juguetes y los ha etiquetado en bolsas marcando si son para niño o para niñas», concreta Cipriano.
Una de las novedades de esta entrega de alimentos fue que las legumbres ya venían en botes de cristal algo que facilitará a muchas familias su elaboración y les resulta más cómodo. «Es maravilloso poder facilitar las cosas, pero -matizaba- la única pega que tengo en esto es la fragilidad del cristal. Los frascos se suelen romper y aquí hay mucha gente».
Aunque los pronósticos del 2015, en boca de los políticos y las encuestas, suenan muy positivos, para Cipriano esta realidad no es palpable en ‘su cuesta’, que cumple, por desgracia, el término cuesta de enero durante todo el año. En estas fechas, la ONG reparte una gran cantidad y mantas y abrigos, una necesidad imperiosa ya que muchas familias apenas pueden pagar la calefacción en sus hogares. «Además, en esta ocasión vamos a repartir trajes de comunión y vamos a continuar repartiéndolos durante todos estos meses», explica Cipriano.
Espíritu. Con las fechas navideñas recién concluidas Cripriano es consciente de que esos días festivos ‘levantan’ algo más el espíritu solidario pero él quiere recordar que la gente pasa hambre durante todo el año, «aunque sea una verdadera pena».
El amigo de los pobres lleva décadas invitando a comer a los más necesitados de Toledo y, aunque él lo haga con todo su cariño, le gustaría que esto acabara y las riquezas se igualaran. «La gente quiere trabajar, son miles de personas y no hay un perfil cerrado» se lamenta este vecino de la ciudad que un día, siendo pequeño, paso hambre y no quiere que nadie viva esa experiencia jamás.