El aparcamiento de la calle Bruselas ha recibido durante años multitud de vehículos entrando y saliendo por sus instalaciones, debido a la cercanía con el Hospital Virgen de la Salud. Sin embargo, desde el cierre del centro sanitario el flujo de clientes ha disminuido considerablemente hasta el punto de llegar a pedir al Ayuntamiento de Toledo la rescisión de la concesión -hasta 2044- obteniendo la negativa de la administración local.

Pocos meses después de esta petición realizada por la empresa que gestiona el aparcamiento, la Junta de Gobierno Local ha autorizado el inicio del expediente para modificar su contrato de explotación en lo que respecta al régimen de uso. La intención del área de Movilidad es aprovechar ese menor flujo de vehículos para trasladar allí el depósito de grúas municipales, el cual se encuentra actualmente ubicado en la travesía de Marqués de Mendigorría.

Principalmente, el Ayuntamiento se ha decidido a dar esta autorización basándose en un informe de la Policía Local que avalaba el traslado. Dicho documento informaba de la densidad de tráfico que habitualmente alberga la zona de Marqués de Mendigorría -actual depósito- al ser una de las entradas de la ciudad, lo que desemboca a juicio policial que sería conveniente reducir en la medida de lo posible el tráfico de vehículos pesados, como son las grúas municipales.

En segundo lugar, la Policía Local señala que la ubicación actual conlleva riesgo para la circulación de estos vehículos al tener que transitar por la bajada de Castilla-La Mancha, una vía con fuerte pendiente.

En favor del aparcamiento de la calle Bruselas, el cuerpo municipal determina que ante la «disminución drástica» de vehículos en su interior por la marcha del hospital y por su ubicación cumpliría los requisitos de proximidad y accesibilidad necesarios, llegando a ser incluso beneficiosa esta nueva ubicación para el depósito con el fin de aumentar la fluidez y la seguridad del tráfico en la ciudad.

De este modo, la Junta de Gobierno Local procederá próximamente a autorizar el expediente de modificación del contrato, así como a evaluar su repercusión económica e informar a los concesionarios de la explotación -EYSA e Indigo-, es decir a la empresa que gestiona las grúas municipales y a la del propio aparcamiento.