La figura de Salvador Dalí es, sin duda, una de las más fascinantes y provocativas de toda la historia del arte español. Su personalidad y su mundo interior, repleto de fantasía, son algunas de las razones que explican el porqué sus cuadros son tan admirados en todo el planeta.
El autor de numerosas escenas surrealistas que están grabadas en la retina de muchas personas, como sus fascinantes relojes derretidos de su famosa obra La persistencia de la memoria, forma parte del imaginario de cualquier aficionado a esta disciplina artística. Y como no podía ser de otra forma, debido al 120 aniversario de su nacimiento, su localidad natal, Figueras (Gerona), le rinde homenaje con una nueva exposición.
Diferentes obras del artista de su época de adolescente y primera juventud, nunca reunidas anteriormente al formar parte de diferentes colecciones privadas, se exponen en la casa de Dalí, situada en el municipio catalán. La muestra, que podrá ser disfrutada por el público hasta el próximo 12 de septiembre, la forman siete dibujos, una pintura de guache, un exlibris, la portada del semanario Empordà Federal y dos programas de las fiestas patronales de la localidad con ilustraciones perfiladas por él.
La mano del pintor estaba detrás de todo ese material, del que la historiadora y concejal de Cultura de Figueras, Mariona Seguranyes, señala que demuestra el peso en el imaginario del artista y recuerda que algunos dibujos aluden a piezas literarias de autores locales como Josep Puig Pujades o Jaume Miravitlles. Los programas de las ferias y fiestas de la Santa Creu de 1921 y 1922 con ilustraciones de Dalí, que por entonces tenía 17 y 18 años respectivamente, dan fe también de este vínculo.
En aquella época, el pintor residía en Madrid como estudiante de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, pero su mente estaba en otro lado: en Figueras y en el Empordà. La sala que reúne todas estas creaciones se ubica a la entrada de la casa y está concebida para acoger originales bajo el nombre de Obras invitadas, ya que proceden de diferentes cesiones de otras pinacotecas. Con motivo del aniversario de su nacimiento, el acceso a este espacio lo preside una placa de Artur Novoa que el Ayuntamiento del municipio regaló a Dalí en 1961 para atestiguar que vino al mundo en dicho edificio.
De los dibujos, destaca un retrato de toda la familia del pintor, donde representa a su madre «con un tamaño muy superior al resto para demostrar que ella era el pedestal». «Hay muy pocos retratos donde aparece toda la familia íntegramente, porque la madre además murió a edad muy temprana», añade Seguranyes.
Todos los turistas y personas que se acercan coinciden en elogiar el acierto de este espacio, que arranca con una muestra con diferentes piezas como retratos del padre y la madre del artista para dar luego paso a una segunda propuesta de esa época de juventud.
Cabe destacar que el material reunido se había expuesto en distintos años, pero siempre por separado en otros museos. Ahora, coincide por primera vez en este lugar tan especial.
Esta exposición avanza así en su objetivo de hacerse un sitio dentro del relato de la vida del pintor, después de su inauguración en octubre del año pasado, y aprovecha los 120 años de su nacimiento para dar un nuevo empuje.
Desde el emblemático espacio aseguran que «el retorno ha sido muy bueno» y que el público valora con nota la visita a un centro «que sirve para darle contexto al personaje y entender sus pensamientos a través de lo que le interesaba». Una manera ideal de acercarse un poco más a un genio, icónico por su obra surrealista y con una personalidad particular, acompañada por su mítico bigote.
Durante su larga trayectoria, que abarcó desde 1922 a 1988, Dalí realizó más de 1.100 obras de arte entre pintura, escultura, obra gráfica, joyas y películas. Una mente extremadamente imaginativa que manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía. Un joven que, una vez que descubrió el arte, no pudo separarse de él. Ni sus fans de su legado.