La ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Talavera está lista y a la espera de abordarse con los vecinos antes de proceder a su aprobación y entrada en vigor. Así lo ha confirmado a La Tribuna la concejala de Movilidad, Macarena Muñoz, quien ha manifestado que el documento está redactado y resta ahora darle traslado del contenido a los representantes vecinales para continuar el proceso administrativo, con vistas a la implantación de esta ZBE.

Sobre esta cuestión, el portavoz del equipo de Gobierno, Jesús García-Barroso, ya indicó que se implantará en el plazo estipulado desde el Gobierno central, que culmina el próximo 31 de diciembre. 

Asimismo, el portavoz ya avanzó que esta ordenanza de la ZBE «no va a ser sancionadora» ni tiene una intención recaudatoria y dejó claro el pasado noviembre que  de forma paralela a la tramitación de la misma, se llevará a cabo la campaña de sensibilización e información a la ciudadanía sobre este espacio con restricciones al tráfico.

Con ella, se pretende dar a conocer las particularidades que conlleva la creación de este espacio en pleno corazón de la ciudad con el que se persigue mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin intención recaudatoria. Tal y como recordó García-Barroso, esta ZBE se crea para cumplir una obligación de una directiva europea, haciendo hincapié en que en ningún caso tiene «una intención recaudatoria» ni de «cercenar el acceso del tráfico al centro». En este sentido, manifestó que, cuando los niveles de contaminación «sean críticos» se podrá restringir el tráfico «de una manera más estricta o vigilada».

En el caso concreto de Talavera, la delimitación de la ZBE se centra en el área declarada Conjunto Histórico, a la que se suma la calle Trinidad, donde ya existen restricciones al tráfico rodado. De hecho, desde el Ayuntamiento se planteó que sería la zona piloto para la puesta en marcha en Talavera de esta ZBE.

En cualquier caso, desde el Consistorio talaverano se ha querido trasladar que la ordenanza municipal se ha redactado buscando «que sea lo más operativa» posible y «permita la convivencia tanto de los vecinos que viven en las zonas más afectadas como de aquellos que tienen que acceder al Casco Histórico».