El homenaje de la Jefatura Superior de Castilla-La Mancha a las víctimas del terrorismo pertenecientes a la Policía Nacional reiteró el agradecimiento a quienes dieron su vida en el cumplimiento de su deber y por la defensa de la democracia, cuya «mayor amenaza», según explicó el jefe superior del cuerpo en la región, Javier Pérez, fue el terror continuado que sacudió España durante décadas.
Hasta 188 agentes de la Policía Nacional fueron asesinados por distintos grupos terroristas entre 1968 y 2015, la mayor parte de ellos, a manos de ETA. El número de víctimas mortales en la región ascendió a once; en el caso de la provincia, tres miembros del cuerpo perdieron su vida en otros tantos atentados. María José García, la primera mujer policía asesinada en un acto terrorista, tenía 23 años y origen familiar en localidad de Ciruelos. La agente cayó el 16 de junio de 1981 en Zarauz. La fecha de su pérdida ha sido la escogida para la instauración de la primera edición del Día de las víctimas del terrorismo en la Policía Nacional, una efemérides que se conmemorará cada año en torno a este día. Además, los policías Lucio Rodríguez, nacido en Villaluenga de la Sagra,y Miguel Castilla, oriundo de Mocejón, perecieron en sendos atentados cometidos por el Frap y el Grapo.
La delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, honró la memoria de aquellos que fueron «vilmente asesinados por la lacra del terrorismo» y destacó el «especial ensañamiento de la banda terrorista ETA» con las fuerzas y cuerpos de seguridad. La victoria contra la banda que más dolor ha causado en España se nutrió «de las herramientas de Estado de derecho y la autoridad moral», apuntó la representantes del Ejecutivo central.
«Una sociedad moderna, democrática, igualitaria y justa no puede dar la espalda a los que dieron su vida por nuestros derechos y libertades», proclamó Tolón. La delegada gubernativa elogió la «contribución» de los agentes de seguridad «al bienestar y la prosperidad» generalizada que ha disfrutado la sociedad española en el último medio siglo.
Por su parte, Pérez indicó que «el dolor y el sacrificio» del cuerpo policial «deben ser recordados». El máximo responsable de la Policía Nacional en la región elogió el esfuerzo continuado de miles de agentes y reclamó un ejercicio de «gratitud eterna para todas las víctimas», sobre quienes aseguró que «su sacrificio no será en vano».
Conjurada la amenaza de ETA y disueltos otros grupos que proliferaron durante la transición, Pérez apunta al terrorismo internacional, el yihadismo y los lobos solitarios como principales riesgos. «El peligro no ha acabado», indicó el alto cargo policial. Los cuerpos de seguridad han participado en los últimos años en «cientos de operaciones con éxito» que han evitado un número importante de ataques y potenciales víctimas.
El acto de homenaje se celebró en el pabellón de la Jefatura de la Policía Nacional de Toledo. Además de Tolón, el jefe superior de la Policía Nacional en la región y decenas de agentes, también participaron del reconocimiento el portavoz del equipo de Gobierno municipal, Juan José Alcalde, los senadores Vicente Tirado y José Manuel Tofiño, concejales y exconcejales de Toledo, representantes de la Guardia Civil y otras autoridades de diferentes ámbitos. Se realizó una ofrenda floral ante un monumento a los caídos y se cantó el himno del cuerpo en el año de su bicentenario.
MÁS PLANTILLA. Tolón cifra en un 18% el aumento de la plantilla de la Policía Nacional en Castilla-La Mancha en los últimos seis años.
Además, confirma su compromiso con la mejora de sus equipamientos y dependencias.