El Grupo Municipal Socialista pide explicaciones al alcalde por el uso de las instalaciones del antiguo vertedero como zona de intercambio de contenedores de animales muertos, lo que está generando olor a putrefacción y un aumento considerable de insectos.

En las mismas puertas del antiguo centro municipal, en la dehesa de Valdellozo y junto a la carretera de Los Navalmorales, el portavoz socialista, Luis Enrique Hidalgo, expone las quejas de vecinos, transeúntes y trabajadores, que puede acarrear problemas de salubridad. Entre ellos, estaban los trabajadores de la Base Helitransportada del Cerro Negro, justo en frente del antiguo vertedero, quienes criticaron el estado de las instalaciones, además de los olores «nauseabundos» y el incremento de insectos en los últimos tiempos.

En este sentido, desde el Grupo Socialista piden explicaciones al alcalde, José Julián Gregorio, y anuncian el registro de un escrito solicitando información al Consistorio talaverano así como a la Consejería de Agricultura del Gobierno regional. Hidalgo exige conocer si la empresa cuenta con autorización y licencia municipal y cuál es el canon para el uso del suelo. Asimismo, desean conocer si la empresa que lo gestiona cumple con la normativa, recordando que no pueden existir este tipo de instalaciones de recogida de animales muertos a menos de 100 metros de un centro de trabajo.

El Ayuntamiento de Talavera ya anunció el pasado mes de septiembre a La Tribuna la cesión de una parte de los terrenos del antiguo vertedero municipal para la instalación del centro de desinfección y transbordo de animales. Así lo dijo el concejal de Ganadería, Agricultura y Entorno Rural, Gerardo Sánchez, que denunció la problemática detectada con la recogida Sandach de animales muertos no destinados a consumo humano por parte de la empresa concesionaria del servicio, al «poner en riesgo la salud pública» por almacenar los cadáveres en la vía pública, indicó.

En esta actividad, indica Hidalgo, se recogen animales muertos de las explotaciones agrícolas, se trasladan al espacio habilitado para ello, donde debería haber contenedores para arrojar a dichos animales y más adelante llevarlos a otro tipo de plantas como destino final. Estos contenedores deben ser «estancos» para evitar la proliferación de olores y líquidos de estos animales en estado de descomposición, más aún en verano, de lo que dudan por los olores que denuncian los vecinos que transitan por este entorno, reconocido como paraje natural.