Las luces de San Marcos se apagaron anoche, 2 de junio, tras más de dos meses de la exposición "Isabel, una Reina para la Eternidad" que ha contado con un éxito absoluto. Más de 16.200 personas, procedentes de todos los lugares del mundo, han pasado por la muestra, y han dejado muchos de ellos su testimonio en los cuatro libros de firmas. Todo un compendio de alabanzas hacia el artista, su técnica, su estilo particular, su gusto exquisito, su sensibilidad y pasión por lo que hace.
Ha sido su forma de regalarnos y compartir su homenaje a Isabel La Católica en este año de celebración del 550 aniversario de su proclamación como Reina.
En palabras de Ana Sánchez-Pamplona, comisaria de la exposición, "Alberto Romero ha batido récords de asistencia a una exposición que con total seguridad constituye uno de sus mejores trabajos. Romero está en plena madurez artística y personal lo que ha hecho de la exposición un éxito absoluto".
Alberto Romero despide a la reina eterna en San MarcosDespués de unos cuatro años de trabajo, y de largos días dedicado en cuerpo y alma a cada persona que entraba a San Marcos para ver su trabajo, se despide de algunas de sus obras que pasan ya a formar parte de colecciones privadas e institucionales por toda la geografía. Pero Romero dice solo un "hasta luego" pues muchas de las obras seguirán su viaje mientras él continúa un proyecto que el artista considera inacabado.
Su inquietud, sensibilidad y forma de expresar a través de su obra pictórica y escultórica permanecen intactas por lo que no tardará en sorprendernos de nuevo.
Proyectos como este hacen de la ciudad de Toledo un lugar para el disfrute de los sentidos, un lugar donde la cultura prevalece y debe prevalecer. Una ciudad capaz de mirar atrás con una visión nueva, fresca y ágil gracias a trabajos como los de este artista Toledano.