El Arzobispado de Toledo finalizó el ejercicio de 2023 con un déficit del 7,6%, una diferencia de casi 1,7 millones de euros que se financiará con un crédito bancario por este importe. El ecónomo diocesano, Anastasio Gómez, asegura que el desfase «no es preocupante» y apunta al buen resultado que deja el balance entre ingresos y gastos ordinarios, una cuenta que registró un superávit del 11,1%.
El plan de inversiones que acomete la Iglesia toledana explica el aumento de gastos extraordinarios. Este programa se financiará tanto con la línea bancaria disponible como con el «ahorro incipiente» respecto a las obligaciones de la diócesis primada. Desde la institución eclesiástica aseguran que «la prudencia ha guiado la dinámica de comportamiento de la gestión». Gómez cifra en unos 29 millones la masa de financiación a disposición del Arzobispado, de los que algo más de 5 millones se corresponden con créditos pedidos a nombre de la propia provincia metropolitana. En el caso de los más de 23 millones restantes, la archidiócesis actúa como avalista de las diferentes parroquias. Gómez confirma que la auditoría que ha analizado las cuentas presentadas redunda en el carácter «solvente» de una administración con capacidad para afrontar las devoluciones pendientes.
El presupuesto de la Iglesia toledana rozó los 48,2 millones de euros. Entre los proyectos de inversión más importantes, se apunta la remodelación del Palacio Arzobispal o la restauración integral de la talaverana iglesia de San Juan de Ávila. Más de la mitad del esfuerzo económico del Arzobispado, en torno al 54% del presupuesto anual, se destina a programas de conservación y rehabilitación del patrimonio. Asimismo, el pago de los salarios del clero y el personal seglar supone el 21% de los fondos gastados por la institución.
Además, Gómez señala la importancia de los recursos que se destinan a la atención de los más necesitados. Algo más de 8 millones de euros se emplean en favor de las necesidades de las personas que tienen más problemas para el acceso a la alimentación, los suministros básicos o la vivienda.
FUENTE DE INGRESOS. El turismo supone una de las principales aportaciones al erario diocesano. Las visitas a la catedral primada y los ingresos derivados de la pulsera turística mejoran respecto a años anteriores. En el caso de la seo, se han registrado casi 780.000 visitas entre enero y octubre, una cifra que solo mejora el acumulado en esos mismos meses de 2019, justo antes de la pandemia. Desde el Arzobispado confían en mantener la evolución positiva en este indicador y rebasar aquel volumen de récord en los dos últimos meses del año. En el caso de la pulsera turística, el incremento respecto al dato de 2019 se eleva hasta el 14%, con unas 118.000 unidades expedidas.
Además, el espectáculo Lumina, inaugurado el pasado año, ha recibido 13.287 visitas.