Las personas con alergia tienen por delante una primavera que se anuncia «fuerte», pero con el matiz de que es muy difícil saber cuál será la duración de la época más potente de las gramíneas. Las lluvias de marzo han trastocado los tradicionales tramos de alergia, con síntomas en este mes, y con la mirada puesta en un abril en el que se reactivan los pacientes, haciendo que hasta ahora, quienes padecen alergia al polen, se hayan librado. Solo los que sufren reacciones al polen del olivo, a partir de mayo, empezarán a notar los síntomas con seguridad tras un mes de marzo tan lluvioso.
«El paciente en las salidas al campo, al aire libre, se tiene que proteger porque es previsible que haya niveles altos de pólenes en esta primera etapa» de la primavera, advirtió el jefe de Alergología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Jesús Borja, que señaló a primeros de abril, cuando hayan pasado unas dos semanas de sol y de ascenso de temperaturas, sin lluvia, cuando las plantas nacidas en este marzo pasado de agua empiecen a brotar flores. «Los pacientes están totalmente asintomáticos», algo que no suele ocurrir en este periodo. Eso sí, Borja recordó que «estamos en pleno proceso de subida de temperaturas y hay unas previsiones de aumento de polen importantes en esta primavera» para las próximas semanas.
Desde el servicio de Alergología apuntaron las dificultades para la toma de datos en estas semanas previas a la primavera. Desde el Hospital General Universitario van a empezar a hacer lecturas «semanales y luego diarias», a partir de ahora para lanzar las posibles alertas. Por este motivo, los datos actuales se fundamentan en las previsiones de lluvias y modelos matemáticos ya publicados por la Sociedad Española de Alergología, que apunta a una primavera intensa-moderada en el centro de la Península, con picos de más de 5.000 granos por metro cúbico en Ciudad Real. En Toledo, la previsión es que sea intensa, superando los 6.000 granos por metro cúbico.
Para el jefe de Alergología de Ciudad Real la situación de las personas con alergia dependerá del comportamiento que tenga el clima en abril. «Si se comporta también como un mes lluvioso», algo que suele ocurrir, llevaría a que fuera en mayo el mes más conflictivo, cuando se unan el polen de gramíneas y olivo. Si abril mantiene una cierta estabilidad atmosférica que seque la vegetación actual será sinónimo de «complicaciones» para los alérgicos, «porque se va a secar toda la maleza y la gramínea va a soltar todo». La última posibilidad es que abril sea «fresco» y con lluvia que dejaría «una primavera normal».
«Todo depende de las temperaturas» y «estamos a la expectativa de cómo vengan», indicó Borja, quien recordó que pase lo que pase, los modelos actuales apuntan a una temporada «alta de pólenes», que va a estar marcada por lo que ocurra en abril, con la previsión de que va a ser «fuerte».