Si existe algo en la política española empíricamente demostrable es la enorme superioridad de la izquierda en propaganda y manipulación. Sobre todo si hay catástrofe por medio. Entonces son imbatibles.
Los ejemplos son hitos de nuestra reciente historia. El 11-M llevó al poder a Zapatero, culpando al Gobierno de Aznar de ser el responsable de la matanza del terrorismo islámico peor de toda Europa, aunque en este caso contara, bien es verdad, con la colaboración del propio señalado que de inicio, y creyendo que había sido ETA, que había atentado contra él mismo, quiso obtener ventaja y le reventó en la cara. Dos años antes había sido, y se entrenaron, lo del 'Prestige' cuando intentaron cobrar dos pájaros de un tiro, Xunta y Moncloa. Lo de la última campaña gallega, con Yolanda Díaz, Errejón y la comparsa buscando bolitas de pelets, no cuenta por ridículo pero sí demuestra que la intención siempre es la misma.
Ahora se ha demostrado de nuevo, pues esa misma parva, en su derivada mas extrema, era la que estaba reunida nada mas producirse la tragedia de Valencia con la misma idea en mente: «Ahora es el momento».
Lo borraron de las redes, pero es su hoja de ruta. Y en ella están todos, el sanedrín sanchista el primero, aunque procuran no ser tan torpes y que no se les note tanto. Ya la han logrado imponer y seguirán martilleando sin descanso hasta imponerla como verdad absoluta.
De hecho ya es hegemónica. Solo hay un culpable, Mazón y, uncido a él, todo el PP al completo. Da igual que en errores, desidias e incluso infamias ocupen ellos las primeras posiciones del podio. La vicepresidenta Ribera, los ministros Marlaska y Robles y en lo alto del cajón el Presidente Sánchez, responsable máximo que hizo dejación de su deber, y por miserable cálculo político, dejó de entrada y durante largos días abandonada a su suerte a Valencia y acabó dándose a la fuga dejando tirados a los Reyes en Paiporta.
La verdad y los hechos importan un bledo. Lo que vale es lo que se haga creer a las gentes y se imponga como 'relato', o sea algo que en el mejor de los casos es una verdad a medias que viene a concluir en mentira al completo. Y en eso, es indudable, son maestros.
También lo es su capacidad de minimizar daños. Cuando la realidad y situación se les torna más que adversa es también digna de ser tenida muy en cuenta.Solo tienen que reflexionar que no estaría ardiendo si en vez de ser Sánchez hubiera sido un presidente de la derecha quien tuviera imputada a su mujer, a su hermano, a su hombre de mayor confianza y brazo ejecutor en el partido y hasta a 'su' Fiscal General del Estado y por unanimidad de la Sala correspondiente del Tribunal Supremo. Pues ya ven, lo que mas se oye es a la bandada de papagayos tertulianos chillando 'bulo, bulo' por las teles y a la kábila de orcos rederos berreando 'fachas, fachas', por el twitter.
Así que es de justicia reconocérselo y paladinamente proclamarlo. A la izquierda española, a tergiversar, mentir y engañar no le gana nadie. Son los campeones de España, de Europa, del Mundo y de las galaxias exteriores. Y nosotros, del de tontos.