Uriarte desata la polémica al instar al Estado a que pida perdón a ETA

AGENCIAS
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El obispo emérito de San Sebastián vuelve a mostrar su simpatía por la banda armada tras exigir a España que se disculpe por haberse sobrepasado en su respuesta al terrorismo

Uriarte desata la polémica al instar al Estado a que pida perdón a ETA - Foto: EFE

Su simpatía con el terrorismo, con más críticas a las víctimas que a ETA, le llevó a ser un habitual de las polémicas en torno a la banda armada cuando ejercía como obispo titular de la diócesis de San Sebastián. Y parece que el hecho de ocupar un cargo emérito no ha calmado el ansia de protagonismo de Juan María Uriarte, que ayer volvió destapar la caja de los truenos al instar al Estado a que pida perdón a ETA por haberse «sobrepasado», en ocasiones, en su respuesta a la banda. Además, sugirió al Gobierno que contacte con la banda armada para propiciar su desaparición y cerrar esta etapa de la Historia del País Vasco.

El prelado, que en su día denunció que «algunos colectivos de víctimas intentan marcar la acción del Ejecutivo y de los jueces», reconoció que la organización terrorista «no tiene legitimidad para reclamar ninguna contrapartida política a cambio de su disolución». Por ello, subrayó que considera que la banda es la que debe pedir «especialmente» perdón por haber «atropellado» los derechos de los otros.

Sin embargo, remarcó que también deben disculparse «los grupos paramilitares y las propias Fuerzas del Orden cuando se han propasado en su respuesta a ETA y, también, quienes han callado sus abusos»; además de los ciudadanos «que han vivido con indiferencia este capítulo trágico de la Historia del país».

En esta línea, apuntó que desea que el Estado «pida perdón por sus excesos», pero cree que tendría que buscarse «el modo y el momento», y añadió que podría darse «una vez disuelta ETA». «Un país, lejos de rebajarse, se ennoblece con gestos de esta naturaleza», hizo hincapié.

El obispo emérito, que ejerció de facilitador entre el Gobierno español y la banda en la tregua de 1998, señaló que un proceso de paz puede fracasar «por maximalismo impaciente o por inmovilismo por una u otra parte». En este sentido, indicó que, en la actualidad, ETA «desearía una mediación internacional y un diálogo directo o indirecto, y el Gobierno no los quiere en absoluto». «Pero yo sí creo que algún tipo de contacto discreto podría ayudar a cerrar del todo esta etapa y a facilitar la disolución de la banda», añadió.

Por otro lado, Uriarte recordó al fallecido expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, que se dio cuenta en la cárcel de que los primeros pasos que había dado, cuando estuvo vinculado a organizaciones violentas, «no eran los que conducían a la libertad de su pueblo ni a la pacificación, sino a todo lo contrario». De esta forma, rememoró sus palabras: «Me tuve que dominar a mí mismo y la violencia que brotaba de mí mismo».

Curiosamente, el ejemplo de Madiba fue utilizado el pasado sábado por el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, que aseveró que «en el imaginario colectivo de mucha gente en Euskal Herria subyace el sueño de que, aquí como en Sudáfrica» se pueda ver al dirigente de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi «algún día como el lehendakari de una Euskal Herria independiente».

 De hecho, el prelado vasco elogió a la izquierda abertzale por haber dado «algunos pasos importantes» y aseguró que espera que «sigan dándolos».

En cuanto a la política penitenciaria, Uriarte opinó que está pensada «para tiempos más crudos», aunque reconoció que el actual clima no es favorable para que el Gobierno adopte medidas diferentes debido a que la derogación de la doctrina Parot ha traído «reacciones muy fuertes» en la sociedad.

La postura más inteligente. Apenas un par de horas después de que Uriarte pronunciase estas palabras, el secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, respondió al obispo emérito de San Sebastián y le recordó que el Ejecutivo de Mariano Rajoy «no se va a sentar con terroristas».

El número dos del Partido Popular en Euskadi defendió que la política que mantiene en este asunto el Gabinete central, contraria al diálogo con la banda, «es la más inteligente y prudente». A su juicio, hay que evitar «enredarse en las propuestas del entorno de la organización armada». En este sentido, destacó que la legislación española ofrece «posibilidades de reinserción» para los presos terroristas que se desvinculen de ETA.