Los alumnos de quinto curso de la Escuela de Arquitectura de Toledo trabajan en la recreación de los planos perdidos de decenas de edificios ideados por Alonso de Covarrubias. El esfuerzo rehabilitador permite documentar el legado del primer «arquitecto moderno toledano», un creador fundamental en la renovación patrimonial de la ciudad durante el siglo XVI.
La conferencia Covarrubias dibujado, dictada por José Ramón de la Cal, «concreta» una exposición de dibujos protagonizada por los estudiantes de último año del grado de Arquitectura que se ha exhibido en el Museo de Santa Cruz.
«Sorprendentemente, de Covarrubias nos quedan sólo cinco o seis dibujos». Se trata, sin embargo, de un arquitecto que construyó más de un centenar de obras. «Algunas se han perdido, otras todavía existen, como esta magnífica cúpula que tenemos aquí», refiere De la Cal sobre el ábside de la iglesia de San Román -el lugar donde se celebró la charla.
Covarrubias se convirtió en el arquitecto tanto del cabildo catedralicio como del emperador Carlos I. Además, ideó los alcázares de Toledo y Madrid; también las colegiatas de Yepes y Torrijos, su localidad natal, entre otros edificios.
De la Cal desgranó el «tránsito» recorrido por Covarrubias, una ruta temporal y artística que abarca desde la arquitectura antigua, la del plateresco que caracterizó a los Reyes Católicos, hasta la renacentista. «Es uno de los arquitectos que va a importar la arquitectura del Renacimiento a España y la va a poner en práctica».
La conferencia se detuvo en aquellos «momentos estilísticos» que determinaron la trayectoria de Covarrubias. De la Cal detalló los «acontecimientos» que certificaron la evolución del arquitecto «desde esa arquitectura muy decorada hasta el purismo renacentista que hay en el Hospital de Tavera».
El vínculo de Covarrubias con Toledo se materializa en una presencia abundante. El profesor de la UCLM refrescó una huella profunda aderezada de puntuales carencias. «Todavía hay obras que utilizamos, que vivimos y que tenemos que cuidar», indicó. En lo relativo a las obras pérdidas, citó los patios del Palacio Arzobispal y del Palacio de Malpica.
«La ciudad está en deuda con él, pero imagino que él también estará muy agradecido a la ciudad», apunta De la Cal, quien lo define como el «gran arquitecto renovador del Toledo medieval».
El reto al que De la Cal y Javier Vellés (coautor de la ponencia) convocan a la sociedad toledana implica «reivindicar su obra, recuperarla, ponerla en valor y, sobre todo, que no se pierda para que no sufra más daños o pérdidas».
De la Cal compara el esfuerzo restaurador de los planos extraviados con una partitura musical desaparecida. El afán de la Escuela de Arquitectura a través de sus talleres de quinto curso apuesta por «recuperar» unos documentos que «son muy importantes» y que pueden resolver eventualidad extremas, tales la destrucción de los edificios.