Se llama Samuel Redondo, tiene 18 años y será el corredor que porte el dorsal número 1 este sábado en la Nocturna de Toledo. En la edición pasada sufrió un infarto que derivó en una intervención bastante seria. Un año después, puede hacer vida normal, y se va a poner en la línea de salida. «Quiero terminar lo que empecé, aunque sea con un tiempo de 365 días», dice el joven cobejano.

Para él, esta carrera no tiene la belleza que para los demás atletas, como es obvio, pero, entre otros motivos, quiere correrla para desquitarse y «poder disfrutar de lo bonito que es el Casco de Toledo por la noche». Además, Samuel quiere mandar un mensaje de ánimo a «todas las personas que tienen algún problema, que vean que se puede salir adelante».

La realidad es que no recuerda prácticamente nada de aquel día. Todo lo que puede narrar es porque se lo han contado. «El primer recuerdo es estar en la UCI, y me tuvieron que tranquilizar porque estaba bastante desorientado», cuenta el joven, que agrega que su primer día de alegría llegó con la visita de sus amigos.

Samuel Redondo logró terminar esta edición de La Nocturna tras sufrir un infarto en la carrera de 2022. - Foto: O.F.Samuel iba corriendo con un amigo por la zona de los cobertizos cuando se desplomó tras sufrir un infarto. «Me caí delante de una pareja de médicos, que fueron los que me atendieron al principio, y a los que estoy muy agradecido; y luego se paró también una enfermera, con la que sí he tenido más contacto posteriormente», asegura.

Samuel entró en parada cardiorrespiratoria a los dos minutos, pero las atenciones y la llegada rápida de una ambulancia, le salvaron la vida. Comenzó un periodo de ingreso en el Hospital Universitario de Toledo que duró un mes, hasta el 21 de noviembre. Debido al esfuerzo, y por culpa de una malformación congénita, su arteria coronaria derecha se estranguló y cortó el riego sanguíneo, lo que desembocó en el paro cardíaco.

A día de hoy, el joven toledano, estudiante de Ingeniería Mecánica en Madrid, se desvive por dar las gracias a los profesionales que le trataron, especialmente al doctor Almodóvar, encargado de la operación: «Me hicieron sentir muy cómodo desde el primer día, y, sobre todo, me tranquilizaron porque me insistieron en que el problema se iba a corregir y que iba a poder volver a hacer vida normal».

Sin embargo, también tiene mucha responsabilidad en que Samuel pueda volver a hacer deporte el doctor Berenguel, que fue el encargado de su rehabilitación. «La operación fue bastante dura, aunque, al ser joven, todo fue rodado, pero me ayudó mucho con la recuperación». Y tampoco se olvida del jefe de cirugía cardíaca, Alfonso Cañas, «que siempre ha estado muy pendiente», recalca.

Cuando Samuel contó que quería correr la Nocturna de 2023, sus familiares «se asustaron mucho», como él mismo indica, «incluso se lo tomaron a broma». Sin embargo, la decisión estaba tomada, sobre todo porque tiene el OK de los profesionales, aunque cuente con alguna limitación, ya que su ritmo no le permitirá subir de 170 pulsaciones. Y también porque, como repite de nuevo, no la disfrutó: «Tenía que acabarla después de este milagro».

Lo cierto es que el idilio entre Samuel y el deporte dura toda su vida. Siempre ha practivado actividad física, fútbol, surf, pádel y hasta esquí. Curiosamente, era la primera vez que corría la Nocturna de Toledo. De ahí su empeño en inscribirse para esta edición.

Todo el que participa dice que es una prueba preciosa. El cobejano no tiene esa percepción a día de hoy, después de lo sucedido, pero quizás esa sea otra motivación para ponerse el dorsal: «Quiero recuperar esos buenos momentos de los que no me acuerdo».