Va camino de 81 años, pero Juan López parece no tener fin. El atletismo es parte de su vida, y encuentra siempre motivaciones para calzarse las zapatillas y ponerse a correr. En una temporada en la que la falta de tiempo, por motivos familiares, le ha impedido entrenar todo lo que le gustaría, ha tenido que buscarse un reto importante para coger impulso: conseguir el récord de Europa de maratón en la categoría M80.
Por eso, este domingo, el atleta toledano se pondrá en la línea de salida del Maratón de Bucarest, en la capital de Rumanía. Sin embargo, este objetivo esconde una trampa. Porque, si es capaz de bajar de 3 horas, 39 minutos y 58 segundos, se habrá apoderado de otros dos récords más de la distancia, el de los campeonatos del mundo, en poder de un japonés, en 3 horas y 54 minutos; y el de España, que lleva más de treinta años sin batirse, en 4 horas y 38 minutos.
Atrás queda una preparación de más de dos meses que ha estado dirigida por una eminencia en la prueba de los 42 kilómetros como es Ricardo Ortega. El corredor del Club Atletismo Toledo confiesa que, tras los rodajes iniciales, le costó mucho adaptarse a los ritmos propuestos por su entrenador en las siete semanas de puesta a punto.
«Pasé de entrenar de tres a seis días por semana, y se me hizo bastante duro», cuenta Juan, que llegó a desilusionarse cuando en las primeras semanas no llegaba a los ritmos marcados. «Pero, a partir de la segunda, todo fue encajando, y he acabado haciendo los ritmos exactos, así que me ha salido bien», puntualiza el toledano.
En verdad, ha tenido poco tiempo para descansar, ya que, incluso esta semana, ha tenido que seguir acumulando kilómetros en las piernas, antes de viajar este viernes a tierras rumanas. Juan estará acompañado por varios compañeros de la Asociación Fondistas Toledanos. Varios de ellos participarán en la prueba popular, con la intención de llegar al final, pero lo más importante es que, si consigue llegar a la meta con su objetivo cumplido, se va a encontrar caras conocidas: «Ver a alguien cercano y darle un abrazo es importantísimo después de un gran esfuerzo como ese», añade.
En cuanto al circuito del maratón, el corredor del barrio de Santa Bárbara reconoce que no ha tenido mucho tiempo para analizarlo, aunque sí que sabe que tiene muchas curvas y cambios de sentido, lo que «rompe el ritmo». Su idea es cumplir con los tiempos pactados por el entrenador, para así llegar al tiempo pensado: bajar de 3 horas y 40 minutos. Sin embargo, como expresa, «en una prueba así pueden pasar muchas cosas».
Con esta cita, Juan López daría por concluida la temporada, ya que sus próximos compromisos no sabe en qué condiciones podrá realizarse después de exprimirse en Bucarest. Y es que, tenía previsto participar a principios de noviembre en la Cigarra Toledana y en la Espada Toledana. La primera casi que la descarta, aunque la segunda, organizada por su club, sí que espera terminar «como buenamente pueda».