Acaba de celebrar una nueva edición de 'Concierto secreto' con tres pases este fin de semana. Un éxito de público que confirma que esta original iniciativa tiene mucho tirón.
Llevamos un año con estos conciertos. La de este fin de semana ha sido la decimotercera edición. También a finales de mayo habrá otra más.
¿Qué ha tenido esta edición como novedad respecto a las anteriores?
Cada edición es diferente porque se celebra en un sitio distinto del Casco. El espacio aporta una singularidad y unas características que hacen que se perciba esa experiencia musical de formas diferentes.
Además, el concierto, lo ofrecemos en formato trío, como suelo hacerlo en los conciertos que doy en España y en otros países. La experiencia se compone siempre de un paseo poético previo. La gente disfruta mucho del entorno y de las leyendas asociadas a las calles por las que pasamos. En cada edición sacamos a relucir algo diferente de Toledo.
En este caso, esta edición se ha enfocado en el Toledo sefardí y el lugar ha sido un regalazo, la sinagoga de Santa María la Blanca. Toqué ahí hace muchísimos años y volver abre mi memoria y mi dimensión espiritual. Lo he disfrutado un montón y me gusta poder compartir toda esa belleza y riqueza con la gente que nos sigue y nos acompaña en estas aventuras. Al final, son un poco mis amigos y colegas.
Hay poca gente en Toledo que no conozca la música de Ana Alcaide. Aun así, ¿es necesario tener un aprendizaje mínimo en este tipo de música del mundo y enraizada para disfrutar de tus conciertos?
No hace falta. Es una música que no es muy habitual porque no está muy expuesta en los medios ni en los circuitos públicos comerciales, pero eso no significa que no se valore. A mí no me gusta nada eso de las músicas de nicho y tan específicas. La música llega o no llega. En mis conciertos, por ejemplo, me gusta introducir las leyendas de las que hablo, cuento algo de historia previa para que la gente, que igual no está muy acostumbrada a este estilo, pueda disfrutar un poco más.
Además, los conciertos no son muy largos porque la experiencia del 'Concierto secreto' se compone de una ruta previa, un vino y un aperitivo, y el concierto. En total, dos horas y cuarto o y media, pero el concierto en sí no pasa de los 50 minutos.
¿Nunca te has planteado alargar los conciertos para que la música tenga más minutos en esta iniciativa y la gente no se quede con más ganas?
El hecho de que se queden con más ganas está bien hasta cierto punto. También hay que tener en cuenta que antes ya se les ha ofrecido otras experiencias. A pesar de todo, la gente sí me dice que los conciertos podían ser más largos y alguna vez meto alguna canción más, pero me gusta que sean así. Mis conciertos fuera de esta iniciativa sí duran más. Y en mayo vuelve otra edición más de 'Concierto secreto'.
Siempre nos gusta ofrecer varios pases porque cuidamos que no sean aforos muy grandes. Me gusta mantener ese carácter de intimidad. Me gusta poder saludar a la gente y si el aforo pasa de las cien personas empieza a ser un poco masivo. En vez de llenar mucho los pases, ofrecemos más. Hay que tener en cuenta también que los sitios donde solemos tocar no están acondicionados para conciertos, se trata de espacios históricos y necesitan también que se cuide el aforo y que el público lo perciba como algo exclusivo.
Imagino que en algún momento te has encontrado con problemas acústicos para celebrar los conciertos en determinados monumentos.
Es verdad que muchas veces los espacios te limitan, pero en mi equipo siempre viene el técnico de sonido para lidiar con estos problemillas que podamos tener. También hay que pensar bien dónde situar el escenario. Cuando llegamos a cada uno de los espacios es una aventura.
Al margen de estas iniciativas, te encuentras sumergida en la gira europea Essentia. ¿Cómo marcha?
Essentia es el resumen de mis casi 20 años de trayectoria que se cumplirán el año que viene y de mis canciones más emblemáticas. Ahora tenemos conciertos en Austria, Alemania y por toda España.
¿Qué peso tiene la labor investigadora en tu música?
Mucho. No es algo que planee como tal, pero es como un poco de mi personalidad. Cuando me interesa algo, me meto en la historia, en sus raíces, y desde ahí recibo inspiración para la creación musical. Es algo intrínseco a mi personalidad, aunque haga mi música desde cero. Siempre me gusta conectarme con algún tipo de inspiración o de idea que me motive.
Siempre vas acompañada de tu nyckelharpa, este instrumento sueco que has dado a conocer desde hace años. ¿Qué te aporta?
De hecho, forma parte un poco de mi sello. La gente me ha conocido tocando en las calles y lo asocian a mí. Me ha despertado mucha creatividad, me ha obligado a investigar y a crear un poquito mi propio estilo. También a realizar una labor de divulgación, ¿no?
Tu música reúne muchos géneros y bucea en tradiciones y numerosas fuentes, pero no se trata de una música mayoritaria ni comercial. ¿Se necesita más apoyo institucional para este tipo de músicas?
Sí, pero también hay que apoyar a toda la cultura. La diversidad cultural es positiva y necesita apoyo. Me da mucha pena que todo lo que no sea música comercial o popular no tenga canales. Está Radio 3, pero poco más. Lo mismo pasa con las salas.
Por otra parte, también se recibe mejor lo que más se expone. Cuando se ofrece variedad a la gente se puede elegir y disfrutar más, está claro.
Acaba de crearse el Instituto de la Música a nivel estatal, con el apoyo del Ministerio de Cultura. Ahí habrá oportunidades, imagino.
No estoy puesta en esta nueva institución, pero me encanta porque los músicos somos un gremio muy disperso, muy poco unido, abandonado a nivel de subvenciones y de apoyos. Otros gremios tienen más unión. Todo lo que sea unificar y sostener la profesión de músico, muy denostada y poco valorada, es positivo.
¿Cómo andan de apoyo las instituciones en Toledo?
Toledo está en un momento de cambio de perspectiva y está apostando mucho por la cultura. El tema de la capitalidad es una oportunidad en positivo para enfocarse más en la cultura y quizá no tanto en el turismo. Veo avances, pero todavía no he visto propuestas concretas, nuevos ciclos y festivales, por ejemplo. Todavía está en proceso de gestación y espero que pronto de sus frutos.
¿Qué papel debería tener la música si Toledo consigue ser la capital europea?
La música es un atractivo que se puede utilizar de mil maneras. Ya hay iniciativas que demuestran que se puede jugar con muchos tipos de música, con los espacios que tiene la ciudad… Toledo se presta a mucha diversidad y, bien planteado y enfocado, puede aportar riqueza. La música tiene todas las papeletas para ofrecer mucho valor.
Empezaste a tocar en la calle con veintitantos años. Si miras a esa Ana Alcaide de los inicios, ¿qué ha cambiado?
He tocado en la calle casi veinte años y ha sido mi escuela. Estoy muy agradecida porque me ha enseñado muchas cosas. Además, he usado la calle de muchas maneras. Al principio, sacaba mis partituras y en vez de estudiar en mi casa lo hacía en la calle. Y más adelante, cuando empecé con mi propuesta musical, vendí muchísimos discos, y a su vez me permitió pagarme la carrera musical en Suecia. Hoy en día, eso ya no existe.
Ahora veo en mí una evolución muy grande que me ha permitido a dar pasos que no hubiera podido de otra manera. Además, Toledo fue el escenario que a mí me invitó a hacerlo. Poco a poco vas evolucionando y ahora me he convertido en empresaria y he seguido otro recorrido. Obviamente, abrir nuevos caminos no es fácil porque requiere de nuevas habilidades y luchar un contra las sinergias que llevas arrastrando toda tu vida, pero estoy agradecida de lo que hago porque vivir de la música no es fácil.
¿Qué nuevos proyectos tienes?
Estoy empezando a grabar mi próximo disco y espero poder compartir este año algunas canciones. Así se mueve ahora la industria para crear ese deseo de escuchar el disco.