Durante décadas, la televisión ha utilizado el atractivo físico de las mujeres para ganar la batalla por la audiencia. Hermosas bailarinas, azafatas o presentadoras han sido imprescindibles en cualquier programa de entretenimiento. ¿Qué piensan esas mujeres sobre su rol en la tele? ¿Se las trataba como un simple adorno? ¿Se consideraron a sí mismas mujeres florero o se sienten orgullosas de su trayectoria, de su trabajo?
Max estrena el próximo 12 de diciembre su documental original ¿Yo fui mujer florero?, elaborado por Producciones del Barrio para Max en España. A lo largo de sus dos episodios de 50 minutos, esta serie reflexiona sobre el papel de la mujer en la televisión en España en los años ochenta y noventa a través de un interesante viaje a la historia de la pequeña pantalla para entender, a partir del relato de sus protagonistas, de dónde surge el fenómeno televisivo de las denominadas mujeres florero y si continúa hoy en día.
Voces como la de la periodista Rosa María Calaf, la investigadora experta en televisión Elena Neira o el escritor Juan Sanguino analizan y contextualizan la evolución y los momentos que marcaron la sociedad de la época a través de la pequeña pantalla durante las décadas de los ochenta y noventa. Además, esta producción da la palabra a muchas de las mujeres que ganaron popularidad en aquellos años como Loreto Valverde, Ivonne Reyes, Beatriz Rico, Miriam Díaz-Aroca, Patrizia Cavaliere, Gema González, Patricia Guzzi, Noemí Ramal, María Abradelo, Makoke, Patricia Redondo, Carmen Russo o Elsbert Anthonysamy, a la directiva de televisión Lola Barranco y a presentadores que compartieron pantalla con ellas y vivieron en primera persona y desde dentro aquella televisión, como Andoni Ferreño, Ramón García y Jordi LP.
Fue la cantante Sabrina quién escandalizó al país con su pecho en 1987 y Cicciolina la que protagonizó el primer desnudo integral en TVE. En 1990 llegó el lanzamiento de los canales privados en España y, de la mano de Telecinco, dirigida por el fallecido productor y realizador Valerio Lazarov, se consagró una premisa clara: «Declarar la guerra contra el aburrimiento»
Los ingredientes eran fiesta, música, humor y belleza. Pronto llegaron los concursos como ¡Ay, qué calor!, y más tarde las Mama Chicho. El mítico programa Colpo Grosso fue la semilla de nuestro Tutti Frutti, y muchas de las bailarinas venían directamente de Italia, donde triunfaba Umberto Smalia, un presentador showman que representaba a la perfección el papel de hombre «descarado pero simpático», papel que aquí ocuparon nombres como Juanito Navarro o Manolo Escobar. ¿Yo fui mujer florero? es una manera de abordar el tema del machismo en los medios en aquellos años y de replantearnos, a través de la historia de la televisión, cómo hemos cambiado como sociedad.
En el primer episodio, en los años 90 las televisiones se llenaron de atractivas bailarinas y azafatas que triunfaban entre la audiencia. Parecía que para tener éxito era necesario la presencia de constante mujeres sexys en pantalla, y muchos programas apostaron a fondo por esta fórmula.
En el segundo capítulo, tras el éxito llegaron las críticas. Lo que antes parecía divertido, empezó a verse como algo machista. En algunos casos aparecieron también problemas y actitudes que hasta hoy habían sido silenciados.