Hasta ahora la apertura de pisos turísticos en edificios de vecinos dependía de las ordenanzas municipales, como la recientemente aprobada en Toledo y de los estatutos de las propias comunidades. Así era hasta el pasado jueves, día 3, fecha en la que entró en vigor la reforma de la Ley de Propiedad Horizontal, que recoge la necesidad de que las comunidades de propietarios les den un apoyo expreso por tres quintos para poder proceder a su apertura.
Es «el fin de la pesadilla», apunta el presidente del Colegio Territorial de Administradores de Fincas de Toledo, Juan Ángel Gálvez Gallardo. Porque los pisos turísticos con licencia seguirán con ella, pero a partir de ahora será casi imposible la apertura de nuevos, porque será imprescindible el visto bueno de los vecinos.
El cambio legal, resumen Gálvez Gallardo, consiste en que los nuevos pisos turísticos deberán tener el visto bueno de la comunidad de propietarios aprobado en junta de propietarios (convocada por el presidente o una mayoría del 25 por ciento), con una mayoría de tres quintos «y es muy difícil, creo que nunca lo van a conseguir». Es decir, quien quiere poner un piso turístico deberá conseguir primero que la comunidad se reúna y lo autorice. No basta que los estatutos no lo prohiban. Será después cuando entren en juego ordenanzas como la recién aprobada en Toledo.
Este, apunta Gálvez Gallardo, es un gran paso adelante para los vecinos de lugares turísticos que están viviendo en su casa y hasta ahora se podían encontrar con que de la noche a la mañana su vecino ponía un piso turístico solo porque la comunidad no lo había prohibido expresamente. Comenzaba así una pesadilla de gente entrando y saliendo de su comunidad, ruido y problemas de convivencia «el único que lo aguantaba bien era el que recibe el lucro». Era también una presión continua para los administradores de fincas, a quienes constantemente les pedían certificados de estatutos y se encontraban con los consecuentes problemas para sus clientes, las comunidades, «no ya solo a nivel profesional, sino también social, porque los apartamentos turísticos han traído problemas, benefician a uno y no les importa lo que tengan alrededor».
¿Adiós a las ordenanzas? La modificación normativa, impulsada por la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, busca «empoderar a los vecinos» y ha sido elaborada en colaboración con ayuntamientos y comunidades autónomas.
Gálvez Gallardo, conocedor del problema tras haberse reunido con comunidades, asociaciones de vecinos y representantes de plataformas turísticas, está convencido de que no será nada fácil a partir de este momento abrir más pisos turístico legales en Toledo. «La pesadilla se acabó, a partir de ahora, si alguien quiere poner un apartamento turístico, se espera usted a una junta de propietarios y tienen que decir que sí tres de cada cinco», apunta el presidente de los administradores de fincas de Toledo, para quien a partir de ahora, «los Ayuntamientos van a estar de adorno».
Porque esta es una normativa nacional es más restrictiva, por ejemplo, que la ordenanza municipal de Toledo que entró en vigor el 9 de marzo, que curiosamente se tramitó tras la publicación en enero de este decreto, que acaba de entrar en vigor el 3 de abril. La ordenanza permite la presencia de un 12 por ciento de viviendas de uso turístico en cada distrito censal del Casco y en el resto de barrios. Ahora las comunidades, más allá de porcentajes y de lo que digan o no digan sus estatutos, tendrán quedar el visto bueno por esta importante mayoría. Otra cosa será las viviendas unifamiliares o la nueva tendencia de comprar bloques enteros de pisos para hacerlos todos tirísticos.