Pocos minutos antes de las 22:00 horas del pasado martes saltaba la noticia que conmocionaría a toda una ciudad. Sin embargo, la cuesta de Santa Leocadia ya comenzó a notar algo raro en el ambiente desde las primeras horas de ese mismo día. Algunos vecinos lo detectaron por un olor putrefacto al que no estaban acostumbrados, mientras que otros recibieron el timbrazo de un hombre que preguntaba por su amigo Valentín, del que no sabía nada desde el pasado viernes.
Algo estaba pasando, pero ninguna de las causas fue lo suficientemente llamativa para elevar una voz de alarma. Sí que lo fue en el momento en el que este varón acudió al servicio de emergencias del 112 para denunciar la desaparición de su compañero de trabajo -que precisamente sería una de las cuatro víctimas-. Una vez que emergencias lanzó el aviso a las 19:19 horas del día de autos, en menos de una hora una patrulla de Policía Local y Bomberos de Toledo se presentaron en la cuesta de Santa Leocadia para inspeccionar la vivienda del hasta entonces desaparecido.
Las primeras pesquisas de esta colaboración conjunta concluyeron que era necesario entrar en el inmueble número 12 de la calle citada. Lo hicieron por una ventana del edificio colindante -el14- cruzando un patio interior. Una vez dentro, tanto bomberos como agentes policiales se encontraron con los cuerpos sin vida repartidos en tres habitaciones diferentes. El de un hombre en una primera habitación, el de un hombre y una mujer en una segunda y el de un tercer hombre en un estado más avanzado de descomposición en la habitación del fondo, donde se hallaba una bombona de butano vacía conectada a una estufa con el interruptor encendido, ya sin llama.
Una fuga de gas y escasa ventilación causan las cuatro muertes - Foto: Yolanda LanchaUna escena que deja presumiblemente clara la causa de la muerte, vinculada a una intoxicación de las víctimas con monóxido de carbono y propiciada por «una mala combustión de la estufa», como indican fuentes cercanas de la investigación.
Asimismo, con la llegada de la Policía Judicial y Científica se pudo confirmar la presencia de monóxido de carbono -que presuntamente deja una tonalidad más rojiza en la sangre-, así como la escasa ventilación en el interior del piso, lo que generó el fallecimiento de las cuatro víctimas, pese a ubicarse en habitaciones diferentes. De hecho, según informaron a La Tribuna, la víctima que se hospedaba en la habitación donde estaba la estufa conectada habría muerto un día antes que el resto.
En lo que respecta a las víctimas, las primeras autopsias determinaron ayer que la mujer tenía nacionalidad española y 46 años de edad; había un hombre de 56, también español; un segundo varón con nacionalidad española pero nacido en Reino Unido de 58 años y; por último, otro hombre de nacionalidad rumana de 64 años de edad.
Al parecer, según señalan los propios vecinos del barrio, la vivienda estaba alquilada a la mujer fallecida en el siniestro, mientras que ella subarrendó el resto de habitaciones. De hecho, en el día de ayer la Delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, señaló que cada cuarto contaba con su propio candado.
A la mañana siguiente del levantamiento de los cadáveres, el barrio tenía un paisaje diferente. Los vecinos se sentían protagonistas de una historia (desagradable) que no iba con ellos y de la que una elevada presencia de medios de comunicación locales y nacionales insistía en hacerles partícipes. Sin embargo, entre los pocos testimonios expresados por el vecindario se desglosa un relato común, el que describía a las víctimas con una misma faceta. «Eran personas de perfil bajo, poco conflictivas y muy educadas, que siempre saludaban al cruzarte con ellos por la calle», desvelaron algunos. Aunque es cierto que muchos de ellos coincidieron en que no llevaban mucho tiempo viviendo en este lugar, porque se trata de un inmueble por el que «continuamente van rotando los inquilinos».
El alcalde, Carlos Velázquez, también se presentó la noche del martes en el lugar de los hechos para conocer de primera mano lo ocurrido y trasladar sus condolencias a las familias. Él mismo confirmó las pesquisas principales de que todo apuntaba a un accidente.