Si Toledo fue Luz de Europa, ¿cuánto brillo se debe a sus mujeres?
Por lo menos le debe la mitad del brillo, porque somos hombres y mujeres en este mundo. Pero sí es verdad que Toledo, como ha sido capital de Europa y atesora tanta historia, a raudales y en el momento en el que nos movamos, ha tenido mujeres con historias, con leyendas, mujeres importantísimas. Yo he tratado solo algunas de ellas, pero daría para muchos compendios.
Por orden histórico, ¿qué le llevó a acercarse a la figura de María de Molina?
Consultando la gigantesca enciclopedia de la historia de Madariaga, me di cuenta de que dedicaba a María de Molina nada más que tres párrafos. No di crédito. Así como es impresionante cómo los ingleses fomentan a sus reinas medievales, aquí apenas sabemos puntualmente de las nuestras. Sabemos un poco ahora de doña Urraca, porque Isabel San Sebastián ha escrito una novela, sabemos puntualmente de nuestras reinas medievales. Yo vivo en Madrid y veo que el ochenta por ciento de la gente no sabe quién fue María de Molina, es una calle y punto. Y fue reina tres veces, nada más y nada menos. Y tuvo que luchar contra todos los nobles contrarios en el momento. Así que dije que había que brindarle algo.
María le trajo un premio muy toledano, en el que creo que además vivió una bonita anécdota.
Ya conocía el premio de novela histórica Alfonso X 'el Sabio', que me encantaba, y decidí presentarme con un personaje vinculado a Toledo. Así que escribí de María de Molina, que será una de las grandes protagonistas de la conferencia de mañana, porque vivió grandes cosas en Toledo, muy grandes cosas. La noche que me dieron el premio había muchísimas mesas para cenar. Estaba sentada gusto debajo de Garcilaso de la Vega, que es antepasado mío. Lo recuerdo como una noche mágica. Estaba sentada con el número 25 en la mesa, yo nací el 25 de junio y es un número que me encanta. Estaba sentada con Juan Eslava Galán al lado y me dijo precisamente que me llevara el 25, que era el día de mi cumpleaños. Mentalmente, cuando iban descartando novelas a lo largo de la cena, miraba a Garcilaso y le pedía ayuda. Y gané el premio. Quedó finalista Jorge Molins, que a los dos años quedó premiado, ya conmigo de jurado.
¿Igual que con María de Molina puede haber pasado con Juana Pimentel, que ha quedado eclipsada por Álvaro de Luna en la historia?
Es otra mujer que yo tengo en el tintero todavía. Tengo una novela sobre el marqués de Santillana, el poeta, que fue su gran enemigo, aunque luego las dos familias se unen, con lo que tengo un poquito de sangre de todos, tanto de Juana, como Álvaro de Luna y el marqués de Santillana. Porque así como los nobles se peleaban a muerte en una generación, de repente a las dos generaciones se casaban los nietos y se unían las familias. Tengo la inmensa suerte de que seré enterrada, si Dios quiere, en la cripta que está en la Catedral de Toledo debajo de la tumba de don Álvaro de Luna y de Juana. De Juana habría mucho que escribir. Fue una mujer que así como vivió el gran éxito de su marido, que en realidad era como el rey de Castilla en ese momento, también vivió su declive y su decapitación.
Toledo en principio estuvo con Juana 'la Beltraneja'. Lo que habría cambiado la historia de haber ganado.
Con Juana 'la Beltraneja' estuvieron muchos nobles al principio. Los Mendoza, por ejemplo, que es de donde yo desciendo, al principio estaban con Enrique IV, apodado 'el Impotente' por la historia, y luego se fueron pasando a las huestes de Isabel 'la Católica', que fue la gran enemiga de Juana 'la Beltraneja'. Era su madrina y su tía, pero su gran enemiga, porque la despojó de la corona. Por Toledo también transitaron estas dos mujeres. Madrina y ahijada transitaron por Toledo. Isabel fue impresionante en muchas vertientes, y sobre todo una mujer muy moderna para su momento, y no tuvo miedo a nada absolutamente. Pero vemos cómo se portó con 'la Beltraneja'. No voy a hacer más spoiler. Desde luego que no aburriré al personal, intentaré ser amena y tiraré mucho de anécdotas para no aburrir demasiado con la historia.
¿Si se dice que Carlos IIIfue el mejor alcalde de Madrid, podríamos decir algo similar de Juana I con Toledo?
Juana de Castilla, que yo no la apodo 'la Loca', también fue moderna, como su madre, pero para mí, tuvo mucho miedo a la responsabilidad. Sabemos que en un momento dado estuvo con los comuneros, pero se echó atrás.
Hablando de comuneros, ¿no se ha animado todavía a escribir sobre María Pacheco?
La comunera, que fue antepasada mía, es una más de las mujeres que vivieron buenos momentos en Toledo, indudablemente momentos felices, pero también dramáticos. Era la hija de Tendilla, el hermano del marqués de Santillana, y de ella ya se escribieron varias novelas. Me ha pasado ya con varias mujeres, que las tenía en mi 'cajón de las ideas' y al final empieza a escribir mucha gente a la vez. Salió en ese momento una novela, muy buena por otra parte. Así que lo aparté y fui por la siguiente.
En el otro bando, se ha acercado también a las mujeres de Carlos I, a las que amó, respetó, en incluso entregó poder.
De una mujer que me gustaría hablar mañana es de una que perdió la vida en Toledo, que es la mujer de Carlos el emperador, Isabel de Portugal. Carlos se educó con su tía Margarita, no con Juana, su madre. Es un hombre que está muy influenciado desde su infancia por las mujeres. Cuando llega a España con 16 años, está al lado de su hermana, Leonor de Austria, que fue quien le guió los pasos. Tengo un libro que se llama Por amor al emperador, en el que en cada capítulo habla una mujer diferente de la vida de él, y sobre la perspectiva que tiene. Hablan desde su mujer, hasta la amante al final de su vida, Bárbara Blomberg.
Si la princesa de Éboli viviera hoy, ¿sería villana o heroína?
Si viviera hoy, sería bastante heroína. Lo que pasa es que, a mi modo de ver, fue bastante confiada, y pagó ella por los delitos de su amante, nada más y nada menos. Fue la cabeza de turco que tenía que caer. Hablaré de la princesa de Éboli, porque es mi primera protagonista principal. Tengo muchas mujeres que pasaron por Toledo, pero ella fue la primera.
Y estuvo enfrentada con otra mujer muy relacionada con Toledo, Teresa de Jesús.
Eran dos mujeres tremendamente fuertes de carácter y no se dejaban influenciar demasiado por nadie, con lo cual, chocaron. Su historia es muy interesante y hay muchos libros escritos sobre la competitividad que hubo entre las dos.
¿Fueron las mujeres las que acabaron con el conde duque de Olivares?
Esa es otra de mis novelas. Es una ficción, pero la historia que cuento en la novela de cada una de ellas es real. Todas son contemporáneas y dado que cada una tenía un interés para terminar con el conde duque, bien se pudieron coaligar. Lo que es verdad es que al conde duque acabaron echándolo de Madrid, habiendo sido uno de los validos más importantes de la Corte. Quizás ellas tuvieron que ver. Yo siempre digo que las mujeres durante mucho tiempo han tenido que moverse en la sombra, pero se han movido mucho y muy bien.
¿Qué relación tuvieron realmente Toledo y Eugenia de Montijo?
No tengo previsto hablar de ella, porque probablemente pasó por Toledo de forma esporádica. Eugenia se movió muchísimo. Es una mujer que nació en Granada y murió en el palacio de Liria, en Madrid, en casa de su hermana. Se movió desde su infancia y la prueba es que se medio educa en Francia. Los Palafox tuvieron muchas propiedades a lo largo y ancho de España, con lo que probablemente pasó por Toledo, pero puntualmente. No está mal pensar que una española, nacida en Granada, llegó a ser emperatriz de Francia.
Y después de este repaso, se nos han quedado muchas toledanas por el camino.
Se nos han quedado muchísimas, miles. Gracias a Dios podemos seguir escribiendo y hablando de nuestras mujeres todas nuestras vidas y las vidas de los que vendrás detrás de nosotros.
No sé si podrá adelantarnos si está trabajando para próximas novelas sobre más mujeres toledanas.
No suelo comentar mucho sobre qué estoy trabajando. Cuando escribí sobre Isabel de Zendal, por ejemplo, inmediatamente salieron varias novelas más. Cuando escribí mi novela sobre la Éboli, que solo había otra de los años cincuenta, de repente se puso todo el mundo a escribir sobre ella. No suelo hablar mucho sobre lo que escribo, pero probablemente en la próxima me vaya a principios del siglo XIX, la época de mi novela Capricho, terminada la invasión francesa.