El color de la plaza de toros de Aranjuez en la primavera sanfernandina es comparable con pocas cosas. El ambiente de la ciudad arancetana en una tarde toros es comparable a pocas cosas. Ese color tan particular de su albero, de sus tendidos y de su plaza, hacen que solamente el acudir ya sea un deleite para los sentidos. Máxime si la música es al son de la banda de Añover de Tajo, summum.
Una oreja paseó Juan Ortega del primero, frente al que dejó detalles de mucha torería. Sin embargo, tuvo más entidad su faena al cuarto, prologada por alto de modo soberbio y culminada con un reunido toreo a dos manos. En medio, dos series de naturales de excelente dibujo. Pero la espada menguó la petición.
Roca Rey por su parte cortó el doble trofeo del quinto, otro toro de nota, después muletearlo con mucho pulso y suavidad, acompasando con cadencia y excelente trazo la embestida del animal. Menos suerte tuvo con el segundo, al que faltó recorrido por el pitón izquierdo.
Ginés Marín fue el triunfador numérico del espectáculo. Cortó las dos orejas al tercero, uno de los toros más completos de la corrida, al que toreó con mucha enjundia al natural, y volvió a realizar una faena compacta y sólida al sexto, de gran despaciosidad. La espada redujo el premio.
FICHA DEL FESTEJO. Plaza de toros de Aranjuez. Tradicional Corrida de San Fernando. Toros de El Freixo.
Juan Ortega, oreja y ovación tras petición.
Andrés Roca Rey, silencio y dos orejas.
Ginés Marín, dos orejas y oreja tras aviso.