La Mancomunidad del Río Pusa difundió a principios de septiembre que el agua de cuatro municipios de la agrupación presentaba altos niveles de hierro, por lo que los análisis conllevan la declaración de que el abastecimiento no es potable. Por tercer año consecutivo, estas localidades iniciaban un periodo sin un servicio básico, como el de utilización del abastecimiento para bebida y elaboración de alimentos por los altos niveles de hierro. Se trata de los pueblos de Retamoso de la Jara, Santa Ana de Pusa, San Martín de Pusa y Villarejo de Montalbán. Estos mismos municipios están a punto de quedarse sin suministro alguno porque la presa está ya bajo mínimos.
El presidente de la Mancomunidad del Río Pusa y alcalde de San Bartolomé de las Abiertas, Esteban Benito Blázquez, indicó ayer a este diario que la prohibición del consumo sigue vigente; más aún teniendo en cuenta que las captaciones proceden semanas después de una altura más baja y cercana al lodo. «No sabemos lo que va a aguantar. La presa está muy bajita», explica el representante.
Los alcaldes han barajado ya alternativas y, posiblemente, se decantarán por la petición de agua embotellada a la Diputación Provincial o a la Junta de Comunidades si persiste durante más días la falta de lluvias. «Hay reservas para dos semanas», calcula el presidente de la mancomunidad.
Los pueblos se han vaciado de gente después de las fiestas, por lo que el consumo de agua ha bajado Además, sólo cuatro de los 10 municipios con derecho sobre la presa toman el total de sus captaciones del embalse. Aun así, el caudal es mínimo, probablemente por debajo del 10 por ciento de su capacidad. «Estamos esperando a ver si llueve», apunta.
El resto de la mancomunidad está formada por Los Navalmorales, La Pueblanueva, Torrecilla de la Jara, Malpica de Tajo, Espinoso del Rey y San Bartolomé de las Abiertas y se han librado de la declaración negativa por altos niveles de hierro porque su abastecimiento principal procede de otra captación o porque dispone de unos sistemas de filtración propios.
El verano trae aparejada la llegada de muchos allegados a las localidad y se multiplica la población. Como consecuencia, hay un aumento desmesurado del consumo de agua en una época del año sin apenas entrada de reservas en el embalse.
Los municipios aguardan ahora que la lluvia corrija estos niveles tan altos de hierros y alivie el bajísimo caudal. Desde hace aún más tiempo, unos siete años, esperan la ejecución del proyecto de una nueva captación, aún sin financiación. El presupuesto total asciende a 11 millones de euros, pero la solución a los crónicos altos niveles de hierro cuesta unos dos millones.