A sus 45 años, Gus vivió una de esas noches difícil de borrar de la mente: se convirtió en el jugador más veterano en debutar con la selección española. El guardameta de Lillo reconoció estar "encantado", pues "para eso estoy trabajando, y esto es lo que me gusta y me da de vivir". Dio las gracias al seleccionador por haber apostado por él, y reconoció estar contentísimo: "Encima ha coincidido en mi capital, con mi familia y con mi gente".
Aseguró que tenía "el estómago a la altura de la garganta", pero que no estaba nervioso, "sí con el gusanillo de haberlo bien, porque esto no es como los clubes, es España, y tienes que ganar sí o sí". El toledano puso los cinco sentidos en tener un buen estreno y "demostrar que un veterano puede valer para jugar en la selección".
Por lo demás, confesó que no se ve en la Euro 2026, en Letonia y Lituania, aunque va a seguir trabajando "para cuando quieran llamarme". En este caso, fue todo muy sencillo porque, como añadió, tuvo "la suerte de tener unos compañeros magníficos, que me animaron en todo momento, especialmente Chemi".