El Centro Cívico de Buenavista acogía ayer una reunión extraordinaria del Consejo de Participación del Distrito Norte de Toledo. Este encuentro, que reunió a diversos representantes del Ayuntamiento, así como a vecinos y vecinas, se centró en retomar y profundizar en la discusión sobre los desafíos y problemas que enfrentan las importantes vías de comunicación TO-20 y TO-21 en la ciudad.

En esa reunión extraordinaria del Consejo, se presentaron los diversos informes solicitados por los residentes con el fin de arrojar luz sobre la situación actual de las vías en cuestión, ya que los vecinos demandan que se reduzca la velocidad en ellas al tratarse de una vía urbana. 

Los expertos de la Policía Local y del Departamento de Obras y Medio Ambiente, portando detallados informes, expusieron las múltiples características de los tramos citados, concluyendo que convertir esas vías en calles no sería prudente. «No veo conveniente establecer el tramo como calle. Tienen características de autovía», relataba el técnico de la Policía Local. 

 Además, en estos informes se subrayó la ausencia de aceras y se enfatizó la «necesidad de urbanizar las zonas para poder instalar pasos de peatones», lo que a su vez requeriría la presencia de aceras. 

En lo referente a la velocidad, los informes destacan que «los límites deberán ser de 80 km/h modificables», al alza. Actualmente, la señalización destaca un límite de 90 km/h. Y según el «último informe de marzo de 2023, la velocidad es de 90 km/h y se debe mantener», destacaban los expertos de Obras y Medio Ambiente.

Los técnicos no encontraron objeciones respecto a la propuesta de mejora en la iluminación de las vías. Una situación que indignó a los vecinos presentes dado que «los expertos se han dedicado a leer los informes. Solo han venido a eso, y no han dicho la verdad. Y ni podemos preguntar», clamaba el presidente de los vecinos, José Luis Gómez.

En un exhaustivo informe presentado por los propios vecinos, refutaron lo dicho por los expertos, asegurando que la vía debe considerarse como una calle y tratarse como tal. Incluso se llegó a poner en cima de la mesa el ejemplo de la carretera Nacional que atraviesa el barrio del Polígono, donde «se ha llegado a poner un paso de peatones en una Nacional». «Nos jugamos la vida», aseguraban.

Por parte del Ayuntamiento, se tiende  la mano a los vecinos y se apuesta por volver a «construir una mesa de trabajo». Además del compromiso de implantar medidas como radares educativos, o cambios de señalización.