Como el título del libro de S. Buck, soplan vientos de aquí y de allí. Los del Este siempre han venido fríos, y algunos han contagiado a países enteros del Oeste como Venezuela o Cuba, y casi contagian a Argentina. Pero el viento del Oeste es muy pertinaz, el único camino, la filosofía que ha salvado al mundo de los sátrapas, los tiranos, y los abusos. Nada es perfecto, pero si echamos un ojo al mapamundi … ejem ejem, los países del Este, salvo honrosas excepciones han vivido o viven bajo la bota militar o con la cimitarra tocándole los talones. En el Oeste la cosa empieza a reaccionar, y ahí tenemos un intento al que miran de reojo todos los líderes del Este. Luchan contra él porque es el ajo y la estaca del vampiro chupasangre.
Milei es el ejemplo a seguir, pero hay más. El discurso de Milei ante el Foro de Davos, -todos lo podemos recordar en internet-, está llegando a la política argentina en porciones como los quesitos El Caserío.
Ahí va la última. Milei ha adoptado 10 medidas para la rehabilitación de la Argentina corrupta, y como Magallanes cruzando su estrecho, va a tener en contra toda la fuerza del viento corrupto de los que no quieren perder sus privilegios. Un mar embravecido en el sur del sur del mundo.
La primera en la frente; ni siquiera él mismo va a cobrar ninguna jubilación privilegiada por haber sido el Presidente. A partir de ahora ningún presidente ni vicepresidente cobrará de por vida un súper sueldo por haberlo sido. Me recuerda a Zapatero. Lo mismito.
La segunda no va mal: los funcionarios o políticos condenados por corrupción perderán los privilegios adquiridos durante su etapa de funcionario o político incluyendo la pensión. ¡Hurra!
Otra: Los condenados no podrán presentarse a la política nunca, y la corrupción de los funcionarios y de los políticos ya no prescribe, al convertirse en un delito de lesa sociedad, lo que lo hace imprescriptible. Es decir, se podrá perseguir durante toda la vida, huya a donde huya y se esconda a donde se esconda, e incluso al volver con la frente marchita como decía Gardel.
Los asesores de los políticos los tira al mar. Ya no habrá ese ejercito de asesores chupópteros que cualquier político argentino podía contratar, -léase amiguetes con sueldo lamiéndote el culo y aplaudiéndote continuamente-, porque ha decidido ponerlos a nadar en el Río de la Plata. Por supuesto la reducción de lameculos lleva aparejada como consecuencia un ahorro para la nación y la eliminación de los coches oficiales de más de uno.
Otra de las medidas que van a causar llagas en los pantalones de algunos es que los sindicatos tienen que convocar elecciones cada 4 años, y que no se puede repetir el cargo más que una sola vez, y así acabar con las camarillas que terminan siendo una mafia, aunque hay que reconocer que en Argentina langostinos sobran.
También quiere eliminar la financiación a los partidos políticos, pero eso va a ser más difícil me parece …
Total que si antes venían vientos del Este pudriéndolo todo, ahora parece que pueden venir vientos del Oeste saneando el jamón. Puede ser el principio del fin o el fin del principio. Como dijo Cesar al cruzar el Rubicón: ¡Alea iacta est!