El Día Mundial de la Prevención de la Conducta Suicida que se conmemora hoy, 10 de septiembre, ha puesto el acento en un tema que normalmente suele ser tabú y del que, siguiendo las normas hasta ahora establecidas, es mejor en silencio. Sin embargo, las cosas están cambiando. Tanto, que desde hace años se considera imprescindible la visibilización de esta realidad y para ello, el diálogo es la mejor forma de prevenir conductas autolíticas y suicidas.
Los datos son «realmente alarmantes» para la que, a día de hoy, es la primera causa de muerte no natural en jóvenes, con unos 300 suicidios en personas de entre 15 a 29 años, a los que se suman 12 suicidios en menores de 15. Estas cifras forman parte de los datos provisionales de 2023, con 4.000 suicidios en toda España durante el pasado año, o lo que es lo mismo, una media de 11,5 personas que se quitan la vida cada día en el país.
Pero el suicidio es un problema que afecta a toda la población. La franja de población que más se quita la vida es a partir de 50 años, sobre todo varones, y por cada suicidio consumado, entre 20 y 40 personas lo han intentado, afectando directamente a una media de siete personas del entorno.
La importancia del diálogo para enfrentar conductas suicidas - Foto: L.G.C.Así lo explicó Aitor Jiménez, psicólogo del proyecto ¿Hablamos? de la Asociación Alganda Servicios Sociales, dirigido por Gabriel A. Cano, que ayer celebró un acto reivindicativo en el que quiso dar a conocer esta problemática en la ciudad. En el acto, al que asistió la concejala de Sanidad, Julia González, y el delegado provincial de Sanidad, Jaime David Corregidor, hablaron de este proyecto que se llevará a los diferentes institutos de Secundaria de la ciudad para informar a estudiantes de ESO y profesorado cómo afrontar y ayudar en su prevención.
Alganda trabaja en este marco con la población infanto-juvenil, con edad comprendida principalmente entre los 15 y los 18 años. Lo hace en dos ejes, el primero con talleres y formación para alumnado y profesorado basado en la comunicación, y el segundo, en el que se presta apoyo mediante un grupo de iguales a padres y madres de alumnos con conductas suicidas atendiendo a diferentes causas.
El de Alganda es un nuevo recurso aún no muy trabajado por los equipos de Orientación de los institutos, con el que se aprende a gestionar capítulos de ansiedad, estrés o autolesiones, constituyendo un «enlace entre la Sanidad Pública y los centros educativos».
El grupo de edad entre 15 y 18 años constituye el «más vulnerable» en cuanto a recursos. Jiménez subraya que «se está forjando la personalidad, los jóvenes son mas vulnerables a factores externos, a lo que opinan los demás de nosotros, empezamos con las primeras relaciones afectivas... y aparecen conductas autolesivas que nos pueden derivar a las suicidas». Así, recuerda que a pesar de vivir en una «sociedad hiperconectada, estamos mucho más aislados».
Entre los síntomas que pueden servir como alerta, «cambios bruscos de comportamiento en los adolescentes, pasar de ser una persona muy activa, que sale mucho y tiene muchos grupos a conductas de aislamiento, cerrar redes sociales, despedidas, regalar cosas de valor, cerrar capítulos de la vida... deben hacernos sospechar que algo no va bien».
Los padres deben hablar con los hijos, no juzgar, no censurar esas conductas, tenerle en consideración y escucharle permitiéndole un espacio para que se exprese. «Desde la escucha podemos apoyar pero si rechazamos esa comunicación vamos a hacer que se aísle más y si toma una decisión, el suicidio, no vamos a estar prevenidos».
No existe una causa efecto pero sí más factores de riesgo que dificultan la problemática, como no tener habilidades sociales, falta de autoestima, alguna patología mental o sufrir bullying. Las redes sociales juegan también un papel esencial.
Como recursos si se desconoce cómo actuar, el número gratuito del Ministerio de Sanidad para este tipo de casos, el 024, el 112 de Emergencias o el proyecto de Alganda. Tender una mano es fundamental, porque «nadie quiere morir, solo quiere dejar de sufrir».