Vas a por tu séptimo concierto este mes después de otros tantos en los últimos meses, ¿está OBK en uno de sus mejores momentos?
Sí, estoy en una de las etapas más bonitas de mi carrera, más de treinta años de carrera, es un poco como de sentido común, recoger lo que siembras. Ycuando hablas de treinta años, que son muchísimos años viviendo de la música, significa que has trabajado bastante bien para recoger ese cariño, ese apoyo y esa cantidad de conciertos que estoy haciendo año tras año.
OBK regresa esta noche después de unos años a Talavera y a la comarca, donde estuvo también hace poco en un festival, ¿es una zona donde se siente especialmente arropado por el público?
Sí, pero la verdad es que no tengo problema con el público porque mis canciones han sido desde el primer momento muy populares, eso significa que me siento cómodo en cualquier ciudad del país, me acogen con muchísimo cariño en todos lados porque me he dedicado a hacer música pop con mucha electrónica pero pop, eso viene de popular, y me considero una persona en ese sentido muy accesible. Y esa manera de ser a lo mejor ha ayudado también mucho al éxito de OBK, esa cercanía.
En tus conciertos se ve una gran conexión con el público, el carisma del cantante es uno de los factores clave, ¿no?
Sí, pero esas cosas no se estudian (risas), eso viene como viene. Yo siempre he sido muy sincero y muy honesto con mi manera de concebir la música. Empecé en mi habitación, no éramos un grupo de rock con guitarra, eran los sintetizadores lo que me fascinaba. A partir de ahí es un sueño llamado OBK que gracias a dios pude compartir con los discos, el público lo recibió súper bien. Ylo que tú decías, cuando estoy en el escenario es buscarme un poco la vida, como era empezar desde cero, y darme cuenta que sobre todo le pongo mucha pasión sobre el escenario.
OBK es el cabeza de cartel de estas ferias, ¿qué se va a encontrar el público en este concierto, es diferente a lo que ofreces en un festival?
Cambian los formatos pero lo importante es la actitud y la actitud siempre es de darlo todo cada vez que me subo a un escenario, no diferencio en eso. Puede haber 500 personas o 15.000, trabajo igual y disfruto igual. Realmente no es un trabajo, es un regalo de la vida y, en ese sentido, siempre soy yo al cien por cien en un escenario. Ya te digo, cambian los formatos, pero la actitud y la complicidad y buscar que lo que me gusta siempre decir, que sea una auténtica fiesta, lo hago cada noche.
Has comentado en alguna ocasión que OBK era un grupo con un público adolescente y que eso pudo restarle credibilidad. Ese público adolescente ahora es más adulto. ¿Ves en tu público nuevas hornadas o es mayoritariamente adulto?
Pues sí, afortunadamente estoy viendo en muchos conciertos que viene muchísima gente joven, de veinte y de quince años, pero también muchos niños pequeñitos, que me encanta, cantando las canciones, porque es lo que escuchan en casa, es algo normal, humano. A mi me pasaba en mi casa también y ver esas caras de ilusión, el poder que tiene la música, me hace sentir muy orgulloso de todo lo que he conseguido y muy feliz de que no solo muchísimos fans y seguidores de aquel año 91 siguen apoyándome sino que vienen nuevas generaciones que me hacen sentir muy feliz y orgulloso de una carrera tan bonita como la mía.
¿Crees que más allá de haberla escuchado en casa tu música tiene algo especial para que llegue a distintas generaciones?
Creo que tengo la cualidad de haber hecho canciones con mucha emoción, y es verdad que soy una persona muy emocional, me gusta mucho tocar esa fibra, y aunque sea música electrónica siempre he intentado que las canciones tengan una emoción a nivel de música y a nivel de letras. Creo que esa ha sido un poco la fórmula de OBK que dio el éxito porque hay temas como 'La princesa de mis sueños' que no tienen nada de electrónica, es piano y voz, pero ahí se ve un poco lo que es el alma de lo que intentaba hacer, que eran canciones de tres minutos y medio, cuatro minutos, los singles de toda la vida, pero que llegaran al corazón lo más pronto posible y, sobre todo, que perduraran en el tiempo, como así está pasando con muchas de esas canciones de nuestro primer disco. Es lo que yo escuchaba de adolescente y yo quería eso, y eso es lo que he hecho y gracias a dios lo he conseguido, porque después de treinta años esas canciones del primer disco siguen emocionando a muchísima gente y acompañándola.
Se puede decir que hay un resurgir de la música de los 90 y principios de los 2000, ¿cómo ves el panorama musical actual y qué diferencias encuentras con aquella época?
Las diferencias son lógicas, han cambiado mucho los formatos, la manera de escuchar la música y tal, pero lo importante es que siga emocionando y siga habiendo cada año muchas canciones que acompañan a la gente. En ese sentido, cambian los estilos pero creo que la música es siempre una constante evolución y siempre salen canciones que nos llegan al corazón o nos crean un estado de ánimo, aunque sea para bailar, pero la música siempre está viva. Yo soy de los que siempre pienso que está todo bien, siempre hay canciones bonitas, cada año surgen canciones bonitas, grupos interesantes, aunque siempre me gusta más escuchar lo que escuchaba de adolescente, es como una cosa de motivación, pero no me cierro nada a escuchar todo lo que hace la gente joven y la gente nueva.
¿Piensas que dentro de 30 años se harán festivales con música y grupos que triunfan ahora?
A lo mejor dentro de treinta años los festivales los hará la Inteligencia Artificial (risas), no lo sé, son muchísimos años, no me gusta pronosticar esas cosas, pero sé que la música seguirá, igual que seguirán el cine, los libros... Cambiarán muchísimo las cosas con todo esto de las tecnologías pero todo lo que es arte es realmente la vitamina del alma y eso es necesario. Eso será así seguro.
Has dicho en alguna ocasión que, aunque tuvieras el favor del público nunca lo tuviste de la crítica. ¿Con el paso del tiempo esto ha cambiado, te sientes reconocido?
Esto parece que siempre te estás quejando, es como una cuestión quizá a veces de ego, ¿no?, pero sí que es verdad que soy una persona que le ha puesto mucho cariño, como todos los grupos hacen, ¿eh?, no es que yo sea especial, pero sí que es verdad que cuando vendes tantos discos como ha vendido OBK y que realmente la prensa especializada en su momento, ya no ahora, pero en su momento, que había revistas dedicadas a las tendencias, a las influencias musicales de los jóvenes, había revistas de sintetizadores, y nunca contaban con OBK, era como el mundo al revés.
Entonces esas cosas eran un poco como ¡jolín!, qué buena mala suerte. Por un lado consigues tu sueño de llegar a todo el público pero de repente esas personas que tú pensabas que eran las que también iban a valorar tu trabajo, la crítica especializada, un poco que los tenías como esos referentes, y luego te das cuenta que el comité de expertos es siempre lo mismo, son personas que o les gustas o no les gustas. No sé, ya te digo, es una cuestión a veces de ego y sinceramente lo importante es que uno esté a gusto con lo que hace. Esa persona soy yo y, a partir de ahí, que al público le guste lo que haces es maravilloso, eso es lo que te da de comer.
Las críticas a veces están bien, pero es una cuestión de egos, ya está más que superado y el éxito de OBK está más que corroborado en ese sentido, a nivel personal y a nivel profesional, quiero decir que está todo bien. Forma parte de la historia de OBK y nunca cambiaría nada porque tanto lo bueno como lo menos bueno ha hecho posible una carrera tan bonita como la mía.
El último single publicado es 'El cielo no entiende 2.21' en 2021 con Sofía Cristo
Sí, fue una idea de Sofía, realmente yo ya no quería hacer remezclas de canciones mías (risas), pero bueno, le dije 'hazlo y a ver qué tal' y la verdad es que me encantó mucho y me puse a trabajar con ella en lo que fue la promoción. Eso fue un detallazo y un regalazo de Sofía.
¿Este tipo de versiones facilitan llegar a público nuevo con el mismo mensaje, que sigue vigente?
Es que es lo que he intentado hacer, canciones no del momento, sino que siempre transmitan algo. Siempre me ha gustado pensar eso, que el día que yo no esté en este mundo mis canciones hablen por mi. Creo que es el mejor legado que puedes dejar en vida, dejar algo para que a la gente le guste, le acompañe, y ese es el poder de la música. Y como dices, son canciones atemporales que se pueden reversionar de muchas maneras y tocarlas en diferentes formatos.
¿La ilusión es la clave?
Si no pierdes a ese niño que empezó con todo esto está todo bien, es una cosa de la que he sido muy consciente últimamente. Es la ilusión, pero en cualquier faceta de la vida, si tu actitud y lo que tú sientes no conlleva ilusión o pasión, eso tarde o temprano se acaba.