El senderista madrileño de 54 años rescatado el martes en el arroyo de Garciotum tuvo la suerte de su lado. El bombero y vocal de la Federación de Montaña de Castilla-La Mancha Óscar Lancha ha visionado las agónicas imágenes difundidas por el Consorcio Provincial de Bomberos sobre el hombre que permaneció encajonado unos 45 minutos en el cauce, con el agua a la altura de los hombros.

"Tuvo muchísima suerte", afirma. Suerte, por ejemplo, de que el accidente ocurriera al mediodía. "Si pasa a última hora, no aguanta 45 minutos", explica este experto, quien hace hincapié en la importancia de ir acompañado a la montaña. El rescatado viajó a los saltos de agua del arroyo Saucedoso de Garciotum junto con su esposa, quien avisó a los servicios de emergencias a las 12:30 del mediodía. El alcalde y un operario se presentaron a los 20 minutos, pero se veían incapaces de sacar al hombre con la ayuda de la mujer.

"Tenía más opciones de quedarse que de salir. Es muchísimo tiempo en agua fría", detalla Lancha, quien calcula que el caudal estaba a unos 10 grados de temperatura. La llegada de los servicios de emergencias fue decisiva; seis rescatistas lograron poner a salvo al hombre.

La hipotermia genera un adormecimiento que puede ser letal porque puede provocar el ahogamiento. "Fue un rescate agónico", concluye. El enfriamiento del cuerpo suponía la principal amenaza en una colección de riesgos.

Los servicios de emergencias atienden últimamente más rescates de senderistas. La hostilidad del medio hace necesario ir acompañado para atenuar el riesgo. "Va solo y está muerto", subraya Lancha.