La derrota ante Dehesa Villalba por 3-4 ha dejado al Soliss Talavera a seis puntos de la permanencia. El entrenador, Ángel Magán, tras el buen trabajo de su equipo y las oportunidades falladas, definió con la palabra «impotencia» su sentir tras al encuentro. En este sentido, indicó que «creamos muchísimas ocasiones de gol, sobre todo, en el segundo tiempo con cuatro tiros a los postes y con infinidad de oportunidades delante de su portero, pero estamos gafados, no tenemos gol y así es difícil ganar un partido en el que nos merecimos la victoria con creces». Y alabó que sus jugadores «se partieron el pecho por este escudo, esta ciudad y por esta afición a la que agradezco el recibimiento antes del partido».
Pero, además, el preparador criticó las actuación de los colegiados: «Nos han perjudicado los árbitros». Concretamente en la expulsión de Samu Lastra: «Un tiro al palo que era saque de esquina, Lastra fue a botar el córner y se le echaron encima los del banquillo de Villalba, provocándole». Aseguró que su jugador «no agredió a nadie, pero el árbitro nos dejó con uno menos jugando de cinco».
Y con la inferioridad, «defendimos a muerte arriba y no nos crearon oportunidades; incluso, estuvimos con portero-jugador con uno menos para intentar igualar el resultado». En estas recibieron el 2-4. Y a falta de poco más de un minuto, Magán apunta que los visitantes «fueron a muerte a por Charly»; por eso, Miguel vio la tarjeta roja por una entrada al jugador del Soliss Talavera. La superioridad correspondió durante algo más de un minuto que restaba de encuentro a los locales que dispusieron de más acciones de cara a la portería contraria, pero no hubo manera.
Es un hecho que la delicada situación del equipo en la tabla afectó, «sobre todo en el primer tiempo porque pedí a los jugadores que vinieran a elaborar, pero no les respondían las piernas, ni la cabeza». Mientas que en la segunda parte, «sí estuvimos a la altura de las circunstancias y prueba de ello es que marcamos y creamos infinidad de ocasiones». Pero «nos cuesta Dios y ayuda meter un balón en la portería contraria». En definitiva, «todo pesa y es como una mochila de piedras en la espalda». Junto a esto, el entrenador puso el acento en que «nos penalizan en exceso los errores que cometemos atrás».
Está claro que «seguiremos trabajando para intentar sacar esto adelante hasta que la clasificación indique matemáticamente lo contrario».