¿Cómo llegó al Archivo Municipal de Toledo?
Empecé a investigar aquí jovencito, no sé si había terminado la carrera. Saber de la Real Compañía de Comercio y Fábricas de Toledo hizo que viniera a investigar al Archivo Municipal. Adentrarme en su conocimiento hizo que examinara muchas cajas relacionadas con la seda, que hay una documentación muy interesante sobre ella aquí en el Archivo. Ese fue mi primer acercamiento a la historia de Toledo y aquí conocí a Clemente Palencia, el archivero jubilado que venía a buscar datos para sus Efemérides en el periódico Ya, y a Esperanza Pedraza, que lo sucedió como archivera. Venía casi todas las semanas a hacer mi tesina, hasta que la publiqué con la Caja en un concurso. Fue cuando entendí que podía hacer investigación histórica y se podía valorar.
Por esos años también acudía al Archivo Histórico Provincial de Toledo. La única biografía que he escrito en el Diccionario Biográfico de Castilla-La Mancha es la de Charo García Aser, su directora, que admiraba y quería muchísimo. Cuando yo estaba investigando en el Archivo la escuchaba reír, y entendí que esta es una profesión en la que la gente se lo puede pasar bien. También me enseñó a hacer mi trabajo y a valorar a las personas que te rodean, que te hacen mejor. Ycomo Charo, he tenido otras maestras, archiveras como Vicenta Cortés, Antonia Heredia, Olga Gallego o María Jesús Cruz Arias, archivera de la Diputación.
La primera oposición que aprobé fue en Talavera, en 1988, y estaba de administrativo-archivero. Estando allí, Talavera creó la plaza, pero antes salió la de Toledo, porque se jubilaba Esperanza. Vine aquí a probar, y mi sorpresa fue que aprobé, y al final no se presentó nadie en Talavera. Allí fui tremendamente feliz y lo habría seguido siendo, con gente como Roque Lorite, pero empecé en Toledo el 15 de diciembre de 1991.
En un Archivo muy distinto.
Estábamos en el torreón de las Casas Consistoriales, con problemas de espacio agobiantes. Una de las primeras prioridades era un nuevo espacio y se inició el proceso que nos trajo al lado del centro cultural San Marcos, en la zona ocupada antes por los frailes Trinitarios. Se construyó este edificio, donde hizo un trabajo increíble el arquitecto Ignacio Mendaro Corsini. El edificio no pasa desapercibido, ha tenido distintos premios y es un espacio BIC, al que ayuda la labor de mis compañeros, empleados municipales del sector de Servicios. Tenemos un buen contenedor inaugurado en 1999, al que todavía se ve lozano.
El siguiente proceso fue regular la actividad del Archivo con su reglamento. En los años siguientes mejoramos la profesionalidad del personal. Vino María del Prado Olivares y después Manuel Verdú Montes, el alma del Archivo, y con él, Teresa García y Óliver Gutiérrez hace cuatro años. Conmigo desde el principio ha estado Teresa Álvarez Gómez-Escalonilla que ha realizado trabajos de conservación dignos de los mejores restauradores. Mi fortaleza ha sido este equipo.
Tras el espacio, otro hito ha sido la colección Luis Alba.
El ingreso de su colección, que es única y espectacular, e intentar describirla, ha sido uno los objetivos fundamentales en los últimos diez o quince años. Hemos subido muchísimos recursos a la web que se basan en los elementos de la colección.
Y apostar por la difusión.
No es que no apostáramos antes, que ya lo veníamos haciendo desde hace veinte años con la línea de publicaciones, la revista Archivo Secreto y la colección de Cuadernos de Archivo Secreto. Ahora vamos a presentar en unos días el Archivo Secreto número ocho, sobre Toledo y la Fotografía, que es un homenaje a Luis Alba.
Creo que nuestra web es nuestra principal herramienta de difusión porque yo no entiendo el Archivo sin servicio y el poder ofrecer recursos continuamente a un público anónimo. Con ello pretendemos que se conozca el patrimonio documental de la ciudad de Toledo y ponerlo a disposición de todo el mundo y hablo de todo el mundo. Toledo es Patrimonio de la Humanidad y el Patrimonio que el Ayuntamiento tiene también ha de estar a disposición de todos. Nuestra fortaleza es la web, tanto en sus opciones de descargar; buscar información; las 72 exposiciones virtuales, que no creo que haya otro archivo en España con tantas; o el laminario de documentos con sus transcripciones; el apartado de Restauramos Nuestro Patrimonio o Toledo en las Fotos de.
Ha cambiado el trabajo en el Archivo.
Me gusta mencionar mucho la canción de Alberto Cortés que dice que si la montaña no viene a mí, yo me voy a la montaña. Para los jóvenes hoy lo que no está en la web es como si no existiera, y ese es el gran error. Porque en España puede estar digitalizado de acceso público el uno por ciento del patrimonio cultural, y me parece mucho. Hay muchísima información en los archivos de acceso público que está esperando que alguien la descubra y la lea. Los archiveros intentamos poner los recursos a disposición de todo el mundo para que puedan ser accesibles en cualquier situación. Nosotros abrimos las 24 horas y tenemos en la web más de 250.000 páginas de actas del Ayuntamiento, 14.000 fotografías... Creo que son 70.000 archivos. En la medida en que nosotros subamos recursos, sean muy accesibles y tengan mucha calidad, los usuarios van a preferir documentos de Toledo a los de otras ciudades y van a apostar por los recursos que ofrecemos y conseguimos una mayor difusión de la historia de Toledo.
¿Qué trabajo le hubiera gustado terminar antes de irse?
Hay muchos proyectos para sacar adelante. Nosotros tenemos en esbozo diez o quince exposiciones más, siempre pensando en las personas, con independencia de su nivel cultural. Tenemos publicado en la web un porcentaje mínimo de los recursos ya digitalizados, lo que estamos subiendo a ella son series muy singulares.
Pero sobre todo me hubiera gustado poner accesibles los libros de la biblioteca de Luis Alba, que por ahora tienen una breve descripción. Es más que nada un compromiso personal con Luis, al que le dije que mis últimos años aquí iban a estar dirigidos a dar sentido a su colección y que la gente en Toledo se diera cuenta la inversión del Ayuntamiento está bien realizada, estamos hablando en muchos casos de ejemplares únicos que no están en ninguna biblioteca española. Hay que mostrar ese esfuerzo que hizo a lo largo de su vida para que la gente lo disfrute. Merecería la pena que la colección estuviera descrita y los elementos más singulares digitalizados, a disposición de todo el mundo, lo que hemos hecho han sido picotazos con publicaciones muy singulares.
Me voy publicando las actas de la Junta Municipal de Beneficencia, casi un reto de cuando llegué, y las postales militares. Pero queda muchísimo por hacer, los que me sucedan van a tener muchísimo trabajo y confío en que el Ayuntamiento siga apostando por su patrimonio documental y bibliográfico, y eso no debe ser tanto una declaración de intenciones como incrementar el personal cualificado y no disminuir los recursos, si se puede, incrementarlos. Porque los toledanos tienen que estar orgullosos de su pasado. El Archivo Municipal de Toledo lo refleja en sus documentos, publicaciones, periódicos, fotografías, revistas, grabados, carteles, mapas y planos.