La felicidad, según Santiago

J. Moreno
-

El Hermano Mayor y 15 caballistas más completaron ayer las tradicionales carreras en El Carpio de Tajo por las fiestas patronales

Magdalena sostiene un caballo de peluche enjaezado mientras mira a su nieto, Enzo. A sus cinco años, viste como los caballistas y ocupa en un hueco preferente en la plaza de España, minutos antes de las carreras. El público dibuja un pasillo para que sus paisanos galopen a toda velocidad como celebración de las fiestas patronales, Santiago Apóstol.

El pasillo de unos 150 metros flanquea la fiesta más trepidante de la provincia. Los banderines de España y de la Hermandad de Santiago comparten la malla bajo la que 15 caballistas del pueblo, a pares, se abrazaron, se besaron y soltaron las riendas con una mueca de felicidad. Unas sonrisas exultantes entre las ovaciones del público. Compite la plenitud con la corrección a los caballos para enderezar unas carreras también imprecisas por la dificultad del trance.

Desiderio Mondelo, Mondelo a secas para el oficio, capta con su cámara de fotos el repertorio de emociones disparadas durante 40 minutos: el tiempo que transcurre entre el desfile de entrada y el de despedida del Hermano Mayor, con el estandarte, y 15 caballistas.

Un pasillo de unos 150 metros flanquea la fiesta más trepidante de la provincia.Un pasillo de unos 150 metros flanquea la fiesta más trepidante de la provincia. - Foto: David PérezMondelo, jubilado ya de la agencia Efe, vivía ayer por primera vez, por gusto, las carreras de El Carpio de Tajo. Los carpeños habrán visto probablemente sus fotos políticas, deportivas o taurinas publicadas durante décadas; y posiblemente, se apercibieron de su presencia por la tenacidad en conseguir la fotografía más perfecta.

También debutaba Diego Martín como alcalde en las fiestas patronales. «Lo importante es que no haya habido ningún tipo de percance», subraya en palabras a este diario tras la primera de las tres tandas de carreras.

'Fe y tradición' reza el lema que cuelga de la iglesia parroquial San Miguel Arcángel. Una tradición que cada familia de El Carpio de Tajo incorpora desde niños a sus descendientes. Todos nacen y quedan afiliados a la Hermandad de Ronda o de Santiago. «Para que no se pierda en las nuevas generaciones», explica la abuela de Enzo, el niño que juega con un caballo de peluche y admira seguro como héroes a los 16 caballistas.