Los usuarios de la estación de autobuses de Toledo y los vecinos del entorno tienen estos días un espacio menos donde tomar un café o incluso comer un menú. Porque la cafetería de la estación ha cerrado tras el acuerdo alcanzado el pasado mes de marzo entre el Ayuntamiento de Toledo su concesionaria, Servicios Hosteleros Marín, para la disolución del contrato de explotación.
La empresa, con sede en Alcorcón, había accedido al local de titularidad municipal justo antes del estado de alarma de la pandemia, el 11 de marzo de 2020, tras ganar el concurso público. El contrato firmado era por 96 meses y un precio de 235.651,46.
Sin, embargo, apuntan fuentes de la misma, se marcha de la estación por motivos económicos, «el centro al final no era rentable a nivel interno, y a nivel económico eran años tras años perdiendo dinero». De ahí que solicitara la rescisión del contrato por mutuo acuerdo y el Ayuntamiento lo concedió hace un par de meses.
Las mismas fuentes niegan que su decisión tenga que ver con el estado de la estación, y el conflicto de Junta y Ayuntamiento por las escaleras mecánicas o los ascensores. Cierto es que si la misma tuviera más personal o estuviera preparada para otras cuestión que atrajeran un mayor público potencial, habría ayudado. Pero el problema ha sido meramente económico. Por un lado, ya no están los funcionarios de la Junta que antes trabajaban en la primera planta, y también han dejado de estar centralizadas en la estación algunas paradas de autobuses, por lo que el público ha bajado y ha hecho inviable la cafetería para esta empresa de cátering madrileña.
A licitación. La junta de Gobierno local del pasado 24 de marzo aceptaba la disolución de este contrato, tras los pertinentes trámites legales. Ahora la idea del Ayuntamiento, explica su portavoz, Juan José Alcalde, es volver a sacar a concurso la cafetería, en cuanto recupere sus llaves.
Hasta el Ayuntamiento, apunta Alcalde, han llegado ya muestras de interés de algunas empresas por hacerse con el local, de ahí la idea de volver a ponerlo a su disposición en cuanto que sea posible. Parece que la cafetería sí va a tener más demanda que otros locales de venta de prensa que llevan tiempo cerrados.
Alcalde coincide con Servicios Hosteleros Marín en que el fin del contrato se ha producido por las cuentas de la empresa madrileña, y entiende que la cafetería seguirá teniendo su público porque «la gente sigue viniendo, suba por las escaleras o por el ascensor, o no, la gente sigue cogiendo autobús público de las líneas que hay a Madrid u otros sitio para venir a Toledo. Si se arreglan las escaleras, sería más cómodo para el viajero, pero no el que vaya a tomarse un refresco, entiendo que no tiene nada que ver». Sigue habiendo volumen de negocio con los viajeros que había y con los que hay.