El arzobispo de Toledo, Francisco Cerro, ha aprovechado su homilía del Domingo de Ramos para invitar a la diócesis a vivir la Semana Santa con un «sentido unitario» bajo el lema 'Caminando juntos con Cristo muerto y resucitado'.
«Que sería de nuestra vida sin Jesucristo, si Él no hubiese venido. Porque Cristo es la esperanza de una humanidad que, a veces, camina en tantas y tantas peregrinaciones con una tristeza de muerte», aseguraba el prelado, que recordaba que es su tercera semana santa al frente de la archidiócesis primada.
Francisco Cerro, que mostró su gozo por el restablecimiento del Papa, citó las palabras de Francisco en las que el Pontífice recordaba a los cristianos que «Cristo no quita nada; sino que lo da todo».
page y Tolón asistieron a la procesión de las palmas y a la posterior Eucaristía celebrada el Domingo de Ramos. - Foto: Ángeles Visdómine/EFEEl arzobispo animó a los católicos a participar en los cultos de la Semana Santa, y aseguró que «Cristo crucificado es la mayor declaración de amor de Dios a los hombres; es un 'te quiero' incondicional. Quien piense que nadie le ha declarado su amor incondicional que mire al crucificado y verá que Cristo nos ha declarado su amor de pasión. Y es que tanto amó Dios al mundo que le entregó a su propio Hijo. El calvario de Cristo nos demuestra que no nos ha amado en broma, sino muy en serio».
Asimismo, pidió a los creyentes a no quedarse en el Viernes Santo. Muchos entierran su Cristo bello de Gregorio Fernández o de Juan de Juni y también entierran su fe hasta el año que viene. La fe es llegar hasta Cristo resucitado, porque, a veces, nos interesa más un Cristo muerto que un Cristo resucitado y vivo. Con un Cristo muerto podemos hacer lo que nos da la gana».
Antes de la Eucaristía en la que se leyó la Pasión según San Mateo, se realizó la procesión de las palmas, que partió de la lonja de a Puerta de Feria de la Catedral Primada después de que Francisco Cerro bendijera las palmas y ramos asperjando agua bendita con unas ramas de hisopo. A la procesión por el perímetro de la Catedral y posterior eucaristía asistieron el presidente de la Junta, Emiliano García-Page, y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, así como varios concejales de la Corporación municipal y miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.