Figurar en una estadística no siempre es beneficioso por muy completa que se presente. Es lo que ocurre con el último informe publicado por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de género sobre las víctimas en el ámbito de la pareja y la expareja en 2022, que ha visto la luz hace menos de una semana. Ese año, la violencia machista se cobró la vida de 49 mujeres, una muerte cada 7,5 días, y la provincia de Toledo acapara parte de ese negro recuento dado que acumuló el 6,1% de los feminicidios cometidos.
El primero de los asesinatos se produjo en Maqueda el 3 de marzo de 2022. La expareja de M.I.V.A. abrió fuego contra ella con una pistola en un área de servicio de la autovía A-5 e instantes después se suicidó. En este caso, la víctima nunca le había denunciado ni tenía orden de protección. Fue el sexto feminicidio del año y el duodécimo cometido en la provincia de Toledo de los 1.140 perpetrados desde que existen las estadísticas.
Un mes más tarde moría T.I.T. en Almonacid. Su marido la atropelló el 4 de abril. El matrimonio tenía tres hijos, uno de ellos menor, y no constaban denuncias previas ni órdenes de protección. Las fuerzas de seguridad detuvieron al agresor poco después.
El año 2022 también se despidió con el asesinato de una joven de 34 años en Escalona. El excompañero sentimental mató a puñaladas a M.E.B.C., en avanzado estado de gestación y los hijos de ambos alertaron a la Guardia Civil de lo sucedido y lo detuvieron de madrugada. En esta ocasión, el agresor si tenía denuncia previa y se conocía un caso por violencia de género en Móstoles en 2009. Según consta en el informe, la víctima llamó a la Policía en aquellos momentos en los que la pareja residía en la localidad madrileña y denunció agresiones físicas con golpes en la cara y amenazas verbales de que le iba «a pegar un tiro». La valoración policial en aquella fecha ya arrojó «un riesgo alto».
Sin embargo, durante el procedimiento judicial no quiso declarar ni ser evaluada por el médico forense. Además, el juez no pudo decretar medidas de alejamiento porque tampoco su entorno cercano corroboró la agresión. Aun así, trece años más tarde, fue asesinada, el decimocuarto feminicidio de la provincia y el 53 de Castilla-La Mancha en veinte años.
La cifra de fallecidas en 2022 resulta caprichosa al ser idéntica a la de 2021 y 2020.Si bien, parten como tres anualidades que registraron un menor número de feminicidios si se comparan con otras anteriores. El informe se limita a aportar datos estadísticos sin entrar a valorar ni analizar otras cuestiones, pero resulta bastante revelador el hecho de que 20 de las 49 víctimas, es decir, un 40,8% habían presentado una denuncia previa, mientras el resto no había puesto en conocimiento de los juzgados su situación.
En los tres casos de violencia machista registrados en Toledo, el resultado fue desigual. Ni la víctima de Maqueda ni la de Almonacid habían denunciado malos tratos, pero sí constaba una denuncia sobre el agresor que mató a su expareja en Escalona.
Este informe anual responde al compromiso del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género y la respuesta judicial y las circunstancias «que anteceden al trágico resultado de muerte». Si bien, el documento va más allá y pretende convertirse en «una buena fuente» a la hora de plantear nuevas reformas y para realizar seguimiento de la práctica jurídica.
Únicamente cinco comunidades autónomas se vieron a salvo de feminicidios en 2022. Del resto, Castilla-La Mancha fue la más castigada, con siete asesinatos, con una tasa de feminicidios del 8,08 por cada millón de mujeres, una cifra significativa si se tiene en cuenta que Navarra, la segunda comunidad con más feminicidios en 2022 presentó una tasa del 3,54.
La violencia de género también afecta de lleno a los menores y los colectivos llevan tiempo pidiendo una mayor visibilización de los hijos, ya que también son víctimas afectadas directa o indirectamente. Los 49 crímenes machistas cometidos en 2022 en España, dejaron huérfanos a 78 hijos, de los cuales 37 son menores de edad. Además, dos menores también fueron asesinados por sus padres biológicos a lo largo del año.
En este caso, las tres mujeres asesinadas en la provincia de Toledo tenían hijos, en total siete, tres de ellos menores. Además, la mujer asesinada en Escalona estaba a punto de dar a luz, pero el bebé también falleció tras la agresión.